Texto e imagen desde "Cor ad cor loquitur", todo parece hacer notar que el nominado para vicepresidente de EEUU por los demócratas es un verdadero "biden - laden" para los no nacidos. Invitamos a complementar esta lectura con anteriores artículos recogidos en este blog, vinculados bajo el presente.
Ahora que ya son candidatos oficiales a la presidencia y vicepresidencia de los Estados Unidos por parte del partido demócrata, creo que es buen momento para analizar en qué medida un cristiano, y más concretamente un católico, puede votar en conciencia al tandem Obama-Biden. Aquí en España no existe tal cosa como el voto cristiano, es decir, el voto que mira detenidamente el posicionamiento de tal o cual partido o tal o cual candidato en asuntos de moral, de familia, de dignidad de la vida humana y de protección social. Este último aspecto, la protección social, es prácticamente el único que se destaca en ámbitos eclesiásticos escorados a la izquierda, quienes en nombre de una supuesta opción preferencial por los pobres, que no podrán dejar de ser pobres si se les hace caso, ponen a un lado todo lo que huela a conservadurismo, en especial a lo relacionado con la familia, el aborto y la eutanasia.
El caso es que en EEUU es bastante complicado ganar unas elecciones si se tiene enfrente al bloque del voto cristiano. Un voto mayormente protestante evangélico pero en el cual cada vez tienen más peso los católicos practicantes. Y si Obama tenía alguna duda sobre la oposición cristiana a su candidatura, la elección de Joseph Biden despeja totalmente el camino, y no precisamente en el sentido deseado por el candidato demócrata. Que Biden sea bautizado católico no sólo no va a reportarle votos de católicos concienciados. Ocurrirá precisamente todo lo contrario. El episcopado useño no admite políticos católicos pro-abortistas y cada vez es más habitual ver a los obispos de allá prohibir el acceso a la comunión a tipos como Biden. Kerry ya tuvo problemas en ese sentido durante las últimas elecciones, pero él era un defensor de la ortodoxia comparado con el número dos de Obama, quien es especialmente activo en la defensa del “derecho” a matar inocentes en el seno materno.
Cuando hace unos días propuse que la Iglesia diera un paso más y excomulgara públicamente a los católicos pro-abortistas, difícilmente podría haber puesto un ejemplo tan claro como el personaje que puede llegar a ser el vicepresidente de la nación norteamericana. En los ambientes político-mediáticos de la izquierda, y posiblemente en parte los de la derecha de corte liberal, un gesto de ese calibre por parte de la Iglesia se vería probablemente como una injerencia eclesial intolerable en la acción política, pero no creo que la Esposa de Cristo deba de preocuparse grandemente por las críticas del mundo. Antes bien me alarmaría si recibiera los aplausos del César, sobre todo si fueran motivados por la “moderación” y el “espíritu conciliador” en asuntos de tanta importancia y trascendencia como es el de defender la dignidad de la vida humana. No digo que ese sea el caso pues es obvio que nuestra Iglesia es muy tajante al respecto, pero vuelvo a sugerir que quizás estemos en el momento oportuno para ir más allá.
Aprovecho la ocasión para hacer notar un hecho innegable. La oposición de la Iglesia al aborto en el continente americano, y no me refiero sólo a EEUU, es infinitamente más activa que la de la Iglesia en España. Hemos visto a los obispos mexicanos gastándose un pastón para emitir un comunicado-anuncio contra el aborto, de un minuto de duración, en horario prime-time de televisión. Los obispos ecuatorianos están implicados al cien por cien en evitar que la constitución de Correa, pro-abortista, sea aprobaba en referendum por los ciudadanos de ese país. Y bien, ¿qué hacen acá nuestros obispos salvo alguna declaración de viento en viento, algún comunicado, carta pastoral o escrito para hoja diocesana de pascuas a ramos?, ¿usan todos los sacerdotes sus púlpitos para concienciar a los fieles sobre esta cuestión?; ¿y qué decir de esos fieles?, ¿están dispuestos a tirarse a la calle a defender la dignidad de la vida humana en caso de que el socialismo gobernante la vuelva a poner en solfa?
Algo no se ha hecho bien cuando en este país la fe ha pasado a ser un elemento absolutamente inexistente a la hora de influir en algo que, como es la acción política, modela en gran medida a la sociedad. En ese sentido, reconozco que siento cierta envidia por el país al norte del Río Grande. Acá es casi imposible ver a un político afirmando ante millones de televidentes que la vida humana empieza en el momento de la concepción (McCain ante el pastor Warren). Como mucho podemos leer a un bigotudo ex-presidente de derechas presumiendo de haber dejado el país en una situación económica de riqueza. Lo cual es cierto, no lo dudo. Tan cierto como que durante su mandato ese mismo país avanzó por la senda del aborto, de la televisión basura y de la paganización y hedonización acelerada. El del bigote pudo comprobar la calidad moral de este país cuando el mismo se arrodilló ante los terroristas del 11-M, dando la victoria al de la alianza de civilizaciones. Y es que la riqueza sin valores sólo produce pobreza espiritual. Pronto, muy pronto vamos a comprobar que ese tipo de pobreza tiene efectos demoledores en la cohesión social y nacional cuando la riqueza material desaparece.
Luis Fernando Pérez Bustamante
El caso es que en EEUU es bastante complicado ganar unas elecciones si se tiene enfrente al bloque del voto cristiano. Un voto mayormente protestante evangélico pero en el cual cada vez tienen más peso los católicos practicantes. Y si Obama tenía alguna duda sobre la oposición cristiana a su candidatura, la elección de Joseph Biden despeja totalmente el camino, y no precisamente en el sentido deseado por el candidato demócrata. Que Biden sea bautizado católico no sólo no va a reportarle votos de católicos concienciados. Ocurrirá precisamente todo lo contrario. El episcopado useño no admite políticos católicos pro-abortistas y cada vez es más habitual ver a los obispos de allá prohibir el acceso a la comunión a tipos como Biden. Kerry ya tuvo problemas en ese sentido durante las últimas elecciones, pero él era un defensor de la ortodoxia comparado con el número dos de Obama, quien es especialmente activo en la defensa del “derecho” a matar inocentes en el seno materno.
Cuando hace unos días propuse que la Iglesia diera un paso más y excomulgara públicamente a los católicos pro-abortistas, difícilmente podría haber puesto un ejemplo tan claro como el personaje que puede llegar a ser el vicepresidente de la nación norteamericana. En los ambientes político-mediáticos de la izquierda, y posiblemente en parte los de la derecha de corte liberal, un gesto de ese calibre por parte de la Iglesia se vería probablemente como una injerencia eclesial intolerable en la acción política, pero no creo que la Esposa de Cristo deba de preocuparse grandemente por las críticas del mundo. Antes bien me alarmaría si recibiera los aplausos del César, sobre todo si fueran motivados por la “moderación” y el “espíritu conciliador” en asuntos de tanta importancia y trascendencia como es el de defender la dignidad de la vida humana. No digo que ese sea el caso pues es obvio que nuestra Iglesia es muy tajante al respecto, pero vuelvo a sugerir que quizás estemos en el momento oportuno para ir más allá.
Aprovecho la ocasión para hacer notar un hecho innegable. La oposición de la Iglesia al aborto en el continente americano, y no me refiero sólo a EEUU, es infinitamente más activa que la de la Iglesia en España. Hemos visto a los obispos mexicanos gastándose un pastón para emitir un comunicado-anuncio contra el aborto, de un minuto de duración, en horario prime-time de televisión. Los obispos ecuatorianos están implicados al cien por cien en evitar que la constitución de Correa, pro-abortista, sea aprobaba en referendum por los ciudadanos de ese país. Y bien, ¿qué hacen acá nuestros obispos salvo alguna declaración de viento en viento, algún comunicado, carta pastoral o escrito para hoja diocesana de pascuas a ramos?, ¿usan todos los sacerdotes sus púlpitos para concienciar a los fieles sobre esta cuestión?; ¿y qué decir de esos fieles?, ¿están dispuestos a tirarse a la calle a defender la dignidad de la vida humana en caso de que el socialismo gobernante la vuelva a poner en solfa?
Algo no se ha hecho bien cuando en este país la fe ha pasado a ser un elemento absolutamente inexistente a la hora de influir en algo que, como es la acción política, modela en gran medida a la sociedad. En ese sentido, reconozco que siento cierta envidia por el país al norte del Río Grande. Acá es casi imposible ver a un político afirmando ante millones de televidentes que la vida humana empieza en el momento de la concepción (McCain ante el pastor Warren). Como mucho podemos leer a un bigotudo ex-presidente de derechas presumiendo de haber dejado el país en una situación económica de riqueza. Lo cual es cierto, no lo dudo. Tan cierto como que durante su mandato ese mismo país avanzó por la senda del aborto, de la televisión basura y de la paganización y hedonización acelerada. El del bigote pudo comprobar la calidad moral de este país cuando el mismo se arrodilló ante los terroristas del 11-M, dando la victoria al de la alianza de civilizaciones. Y es que la riqueza sin valores sólo produce pobreza espiritual. Pronto, muy pronto vamos a comprobar que ese tipo de pobreza tiene efectos demoledores en la cohesión social y nacional cuando la riqueza material desaparece.
Luis Fernando Pérez Bustamante
- http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=16&title=obama_biden_el_tandem_de_la_muerte&more=1&c=1&tb=1&pb=1
- El vice de Obama es católico. Pero los obispos le niegan la comunión
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