En nuestra actualización anterior habíamos comentado este hecho expresando nuestra solidaridad con los valientes de Neuquén y nuestra perplejidad por el cobarde de Neuquén. En su blog, don Francisco José Fernández de la Cigoña, se hace parte de la indignación del pueblo católico fiel por los ladridos equivocados del pastor, texto e imagen desde allí...
El obispo es el de Neuquén (Argentina) y se llama Marcelo Melani. La doble M. Precisamente hoy cumple 70 años. Es salesiano.
Es de esos obispos de pantalones bajados de antemano y ante todo. Cuando supo que un grupo de jóvenes se había concentrado en la puerta de su catedral, para dar testimonio de su fe y defender el templo de cualquier profanación, se le descompuso el intestino y se presentó ante ellos para disuadirles de su propósito.
El diario Rio Negro nos da cuenta del repugnante diálogo que sostuvo con aquellos valientes que sabían se arriesgaban a todo y que tenían el firme propósito de no practicar la menor violencia. A lo que pudieran hacerles sólo iban a responder con la oración y si menester fuere con sus vidas.
''-Soy el obispo, ¿me entienden? Si quieren rezar vayan adentro. Son ustedes los que quieren tener pelea. Acá en Neuquén no se hace eso. Ustedes son responsables.
-¿Responsables de qué?
-Del hecho de querer peleas.
-No queremos pelear con nadie, queremos defender...
-¿Qué defienden ahora si acá no hay nadie?
-¿Cómo que no hay nadie? Estamos defendiendo el monumento.
-En Neuquén el monumento lo defendemos de otro modo.
La conversación, que fue a los gritos, terminó cuando los jóvenes elevaron aún más la voz para rezar un padrenuestro y taparon las palabras del obispo, quien optó por retirarse.''
Después, lo que se ve en el vídeo. Los jóvenes fueron insultados, escupidos, zarandeados... No mostraron la menor violencia. Sólo rezaban. Y estaban. Como Jesús en su Pasión. Fueron insultados, salivados, zarandeados. Como Él lo fue. Que ocasión perdió el obispo de imitar a Jesús entre sus hijos. Prefirió hacer de Anás.
Cuando aquellos jóvenes decían ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, esa muerte era una posibilidad muy cierta y muy presente. Asumida con una serenidad heroica. Nunca habían rezado a la Virgen con tanto sentido de la realidad el Ave María. Con la eventualidad de la muerte tan presente. Y ni se limpiaban los salivazos. Sólo rezaban.
Nunca fueron más grandes esos jóvenes. Y nunca más miserable el obispo de Neuquén, Marcelo Melani. Escondido en su casa mientras aquellos chicos defendían su catedral. Y sin la menor violencia. Simplemente presentando sus cuerpos, sus vidas. Y rezando.
Afortunadamente no pasó nada grave. O pasó mucho. La espléndida lección de fe de unos jóvenes y la miserable lección de cobardía y de insolidaridad de un obispo llamado Melani. A quien le escupo mi desprecio.
Ordo Missae: San Clemente I, Papa y Mártir.
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23 de Noviembre. Sábado.
San Clemente I, Papa y Mártir.
Conmemoración de Santa Felicidad, Mártir.
Doble.
Ornamentos Rojos.
Misa: Dicit Dóminus:...
Gloria
Co...
Hace 8 horas
2 comentarios:
Hola! Escribo desde Colombia y quiero decir que el testimonio de éstos jóvenes es verdaderamente edificante. Para mí ellos si son hombres de verdad, en tanto que aquellos manifestantes dan lástima.
En nuestra entrada anterior: "Jóvenes argentinos defienden a la Catedral de Neuquén" encontrará los links hacia los sitios en que los propios protagonistas de esta gesta católica comentan su bravura contra las huestes de la muerte, le invito a escribirles y a manifestarles su admiración, tal cual hemos hecho varios
In Domino
equipo CAR
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