La Buardilla de Jerónimo traduce una entrevista a Mons. Castrillón Hoyos originalmente publicada e Pontifex
En el día en que ha comenzado en Roma el Congreso sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum (16 de septiembre), presentamos la traducción de la entrevista que Bruno Volpe realizó al Cardenal Darío Castrillón Hoyos, Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. Ampliaremos.
Eminencia, ¿qué es la Santa Liturgia?
Respondo así: la Liturgia es la presencia viva de Dios, tal como han dicho también los Padres de la Iglesia, y la búsqueda de lo sagrado. Una Liturgia que no pone a Dios en el centro, no es católica. Quisiera precisar para ser claros que, en la Liturgia, el sacerdote nunca debe ser protagonista, ponerse en evidencia. Quisiera citar, por ejemplo, lo que ha sucedido en Lourdes durante el reciente viaje del Papa.
¿Qué ha ocurrido?
Un sacerdote ha considerado oportuno, según su gusto, cambiar las palabras del Ave María. ¿Se da cuenta? Se pretende cambiar una oración nacida de la fe y por manías de protagonismo.
Eminencia, ¿qué es lo que sufre hoy la Liturgia?
Creo que ha disminuido, al menos en parte, el sentido de lo sagrado. El sentido místico y el valor de la Cruz. No comprendo a ciertos celebrantes que se sienten grandes haciéndose señores y dueños de la Misa, que es el símbolo más grande del amor de Dios por el hombre.
¿Por qué algunas veces, en nombre de una extraña idea de creatividad litúrgica, ocurren tantos abusos?
Cuando el celebrante se enorgullece, inventando o creando cosas, hace desaparecer a Cristo de su mente y corazón. Lo cancela. Recuerde que Cristo está siempre en el primer lugar. A veces, en las Misas, falta el sentido de Dios, el Verbo Encarnado que, en la Liturgia de la Iglesia, encuentra su gloria. Una persona humilde y simple llega a la iglesia y se arrodilla. Hoy arrodillarse causa extrañeza, parece estar fuera de tiempo y de lugar.
¿Qué puede decir del Rito Romano antiguo?
Que es bello. Que el latín debe ser valorizado en las escuelas y los seminarios. Pero el centro sigue siendo la Cruz y Cristo. ¿Usted piensa que Mozart escribió ciertas bellezas mirando el mar? No. Tenía a Cristo y a un trozo de pan que la Sagrada Eucaristía en la cima de sus inspiraciones.
¿Qué piensa de la Comunión en la mano?
La Liturgia se basa también en la Tradición. Es necesario volver a valorar el silencio, la genuflexión, y comprender y hacer comprender también a los niños que no es bello tomar en la mano el Cuerpo de Cristo, especialmente después de tomar un juguete. Debemos respetarlo, reverenciarlo, con respeto, de rodillas, y sin tocarlo.
Hoy, a menudo, se pelea por la Liturgia…
Esto está mal. La Liturgia no debe convertirse nunca en objeto de discusiones. Es el colmo pelearnos precisamente por el supremo acto de amor. Todos deben ser respetuosos de las ideas de los otros. Por ejemplo, si el Papa está administrando la Comunión a los fieles de rodillas, aquellos que quieren que el sacramento se administre así, cantan victoria. Si ocurre lo contrario, exultan los otros. De este modo, no se va hacia adelante…
¿Qué se necesita?
Respeto, caridad y abandonar el orgullo. Con moderación, y lo digo a los mismos tradicionalistas. Son insaciables. Lo repito: insaciables. Y así nos hacen mal a nosotros y a sí mismos. Te inundan de cartas, escriben en internet. Están quienes quieren que la Basílica de Santa María la Mayor sea dedicada exclusivamente a la Misa antigua. Lo repito: moderación y mesura. Soberbia y orgullo son lo contrario del actor de Amor contenido en la Eucaristía.
Eminencia, ¿qué es la Santa Liturgia?
Respondo así: la Liturgia es la presencia viva de Dios, tal como han dicho también los Padres de la Iglesia, y la búsqueda de lo sagrado. Una Liturgia que no pone a Dios en el centro, no es católica. Quisiera precisar para ser claros que, en la Liturgia, el sacerdote nunca debe ser protagonista, ponerse en evidencia. Quisiera citar, por ejemplo, lo que ha sucedido en Lourdes durante el reciente viaje del Papa.
¿Qué ha ocurrido?
Un sacerdote ha considerado oportuno, según su gusto, cambiar las palabras del Ave María. ¿Se da cuenta? Se pretende cambiar una oración nacida de la fe y por manías de protagonismo.
Eminencia, ¿qué es lo que sufre hoy la Liturgia?
Creo que ha disminuido, al menos en parte, el sentido de lo sagrado. El sentido místico y el valor de la Cruz. No comprendo a ciertos celebrantes que se sienten grandes haciéndose señores y dueños de la Misa, que es el símbolo más grande del amor de Dios por el hombre.
¿Por qué algunas veces, en nombre de una extraña idea de creatividad litúrgica, ocurren tantos abusos?
Cuando el celebrante se enorgullece, inventando o creando cosas, hace desaparecer a Cristo de su mente y corazón. Lo cancela. Recuerde que Cristo está siempre en el primer lugar. A veces, en las Misas, falta el sentido de Dios, el Verbo Encarnado que, en la Liturgia de la Iglesia, encuentra su gloria. Una persona humilde y simple llega a la iglesia y se arrodilla. Hoy arrodillarse causa extrañeza, parece estar fuera de tiempo y de lugar.
¿Qué puede decir del Rito Romano antiguo?
Que es bello. Que el latín debe ser valorizado en las escuelas y los seminarios. Pero el centro sigue siendo la Cruz y Cristo. ¿Usted piensa que Mozart escribió ciertas bellezas mirando el mar? No. Tenía a Cristo y a un trozo de pan que la Sagrada Eucaristía en la cima de sus inspiraciones.
¿Qué piensa de la Comunión en la mano?
La Liturgia se basa también en la Tradición. Es necesario volver a valorar el silencio, la genuflexión, y comprender y hacer comprender también a los niños que no es bello tomar en la mano el Cuerpo de Cristo, especialmente después de tomar un juguete. Debemos respetarlo, reverenciarlo, con respeto, de rodillas, y sin tocarlo.
Hoy, a menudo, se pelea por la Liturgia…
Esto está mal. La Liturgia no debe convertirse nunca en objeto de discusiones. Es el colmo pelearnos precisamente por el supremo acto de amor. Todos deben ser respetuosos de las ideas de los otros. Por ejemplo, si el Papa está administrando la Comunión a los fieles de rodillas, aquellos que quieren que el sacramento se administre así, cantan victoria. Si ocurre lo contrario, exultan los otros. De este modo, no se va hacia adelante…
¿Qué se necesita?
Respeto, caridad y abandonar el orgullo. Con moderación, y lo digo a los mismos tradicionalistas. Son insaciables. Lo repito: insaciables. Y así nos hacen mal a nosotros y a sí mismos. Te inundan de cartas, escriben en internet. Están quienes quieren que la Basílica de Santa María la Mayor sea dedicada exclusivamente a la Misa antigua. Lo repito: moderación y mesura. Soberbia y orgullo son lo contrario del actor de Amor contenido en la Eucaristía.
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