Oh, Corazón de Jesús,
Dios y Hombre verdadero,
delicia de los Santos,
refugio de los pecadores y esperanza de los que en Ti confían;
Tú nos dices amablemente: Vengan a Mí;
y nos repites las palabras que dijiste al paralítico:
Confía, hijo mío, tus pecados te son perdonados,
y a la mujer enferma: Confía, hija, tu fe te ha salvado,
y a los Apóstoles: Confíen, Yo Soy, no teman.
Animado con estas palabras acudo a Ti
con el corazón lleno de confianza,
para decirte sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma:
Corazón de Jesús en Ti confío.
Sí, Corazón de mi amable Jesús,
confío y confiaré siempre en tu bondad;
y, por el Corazón de tu Madre,
te pido que no desfallezca nunca esta confianza en Ti,
a pesar de todas las contrariedades
y de todas las pruebas que Tú quisieras enviarme,
para que habiendo sido mi consuelo en vida,
seas mi refugio en la hora de la muerte
y mi gloria por toda la eternidad.
Amén.
Dios y Hombre verdadero,
delicia de los Santos,
refugio de los pecadores y esperanza de los que en Ti confían;
Tú nos dices amablemente: Vengan a Mí;
y nos repites las palabras que dijiste al paralítico:
Confía, hijo mío, tus pecados te son perdonados,
y a la mujer enferma: Confía, hija, tu fe te ha salvado,
y a los Apóstoles: Confíen, Yo Soy, no teman.
Animado con estas palabras acudo a Ti
con el corazón lleno de confianza,
para decirte sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma:
Corazón de Jesús en Ti confío.
Sí, Corazón de mi amable Jesús,
confío y confiaré siempre en tu bondad;
y, por el Corazón de tu Madre,
te pido que no desfallezca nunca esta confianza en Ti,
a pesar de todas las contrariedades
y de todas las pruebas que Tú quisieras enviarme,
para que habiendo sido mi consuelo en vida,
seas mi refugio en la hora de la muerte
y mi gloria por toda la eternidad.
Amén.
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