Hemos visto cual ha de ser el perfil de la catequesis, ahora nos atrevemos a delinear un perfil de catequista, pues como dice San Pío X es «mucho más fácil es encontrar un orador grandilocuente y fecundo, que un catequista perfecto»(14).
Primero debemos definir a quienes nos referirnos cuando hablamos de catequistas, porque en verdad son muchos los que colaboran en este oficio de la Iglesia. No nos referiremos de manera expresa aquí a los Obispos, Sacerdotes y Diáconos que tienen en virtud del Orden la tarea primerisima de la catequesis. Tampoco queremos hacerlo, aunque de suyo estén incluidos, a los padres y padrinos. Enfocamos, en cambio, nuestras palabras hacia los que colaboran con la jerarquía en las Parroquias y colegios prestando este «servicio, por el celo de la gloria de Dios», queremos incluir también aquí a aquellos que cumplen la maravillosa vocación de la docencia, sin circunscribirnos a aquellos que enseñan la materia religión o catequesis, pues aquellos que enseñan las ciencias profanas siendo hijos de la Iglesia, por el Bautismo, tienen la grave obligación de trabajar y comunicar el mensaje del Evangelio a todos aquellos que Dios ponga en su camino, no solo en colegios católicos sino también en colegios laicos, teniendo ahí la gran tarea de la Evangelización, el anuncio y la enseñanza de la Verdad, iluminando con la luz del Evangelio la ciencia que enseñan. Los dirigentes de grupos parroquiales no están excentos de esta responsabilidad catequística, ya que deben ser luz para sus dirigidos y mostrarles a Cristo no solo en las charlas de formación sino en todas las actividades que se organicen, si falta este contenido tendremos grupos (como de hecho hay muchos) de amigos que se reúnen en las instalaciones de la Parroquia tal si fuera un club, ciertamente, los grupos parroquiales, independientemente del carisma propio, deben caracterizarse por ser escuelas de fe, oración y de caridad, entendiendo a esta en toda su expresion de amor a Dios y amor a los hombres por amor a Dios y no mero sentimentalismo que haga obras vacías de todo contenido.
Queremos por ultimo incluir también a aquellos que hacemos periodismo católico, también nosotros tenemos como primera misión la difusión de la Verdad.
Habiendo determinado a quienes nos referimos diremos cuales ha de ser el perfil que este debe tener.
- El celo por la Salvación de las almas y por la mayor Gloria de Dios: Ciertamente no se es catequista para tener gloria humana, ni para ocupar un lugar donde todos puedan vernos. Se es catequista para auxiliar y servir a esas almas a que descubran a Cristo, le amen y puedan vivir según su enseñanza, para alcanzar así la Gloria del Cielo.
- El conocimiento de la Doctrina Cristiana, debe saber recurrir a las Fuentes de la Fe Las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio. Nadie puede dar lo que no tiene, el catequista no puede ser un improvisado ni tampoco lo que enseña. Su enseñanza ha de ser la de la Iglesia, a cuyo Magisterio ha de tener plena unión y fidelidad. «La constante preocupación de todo catequista, cualquiera sea su responsabilidad en la Iglesia, debe ser la de comunicar, a través de su enseñanza y comportamiento, la doctrina y la vida de Jesús. No tratará de fijar en sí mismo, en sus opiniones y actitudes personales, la atención y la adhesión de aquel a quien catequiza; no tratará de inculcar sus opiniones y opciones personales como si estas expresarán la doctrina y las lecciones de vida de Cristo»(15).
- Una profunda espiritualidad, pueden aplicarse al catequista las palabras del Obispo en la ordenación Sacerdotal: «Cree lo que lees; enseña lo que crees; vive lo que enseñas». «¡Qué contacto asiduo con la Palabra de Dios trasmitida por el Magisterio de la Iglesia, qué familiaridad profunda con Cristo y con el Padre, qué espíritu de oración, qué desapego de sí mismo ha de tener el catequista para poder decir: «Mi doctrina no es mía»»(16).
- Una vida sostenida por la Gracia de los Sacramentos. El catequista ha de confiar solo en la Gracia de Dios, sabedor de sus débiles fuerzas, solo se hace fuerte en Cristo y en Cristo Eucaristía.
- Confianza plena en el Espíritu Santo a quien invocará antes de cada charla. « A Dios rogando y con el mazo dando» No implica el invocar al Espíritu Santo que no se deba preparar la charla, por el contrario es necesario una delicada preparación, «si no se prepara con larga meditación y cuidado, nunca reportara frutos espirituales de la enseñanza de la doctrina a los niños o al pueblo»(17).Pero a pesar de esta preparación necesitamos de esa luz que nos auxilie a poner las palabras justas y a no apartarnos de la Verdad. Damos testimonio de cómo el Espíritu acude en auxilio de quienes con la debida preparación le invocan.
Concluimos, querido lector, estas reflexiones invocando a la Santísima Madre, Sede de la Sabiduría, para que cada uno de los que hemos sido llamados a colaborar en esta primerisima tarea de la Iglesia, podamos hacerlo en la fidelidad al Magisterio y con enorme celo apostólico. Ponemos también como intercesores al mismo San Pío X y a todos los santos catequistas que han consumido sus vidas por la enseñanza del Evangelio, en especial aquellos que expusieron y dieron su vida por no apartarse de su misión.
Suplirá, sin duda, la Gracia la enorme deficiencia de la pluma, que se atreve a estas reflexiones con el solo fin de contribuir a la Salvación de las almas y para mayor Gloria de Dios.
Marcelo Eduardo Grecco
Versailles, junto a la Virgen de la Salud
25 de Febrero de 2006
(14) AN V
(15) CT 6
(16) CT 6
(17) AN V
- http://www.caballero-ntra-sra.com.ar/0/0/35/0.htm
- http://catolicosapostolicosyromanos.blogspot.com/2009/05/reflexiones-sobre-la-catequesis-i.html
- http://catolicosapostolicosyromanos.blogspot.com/2009/05/reflexiones-sobre-la-catequesis-ii.html
- http://catolicosapostolicosyromanos.blogspot.com/2009/05/reflexiones-sobre-la-catequesis-iii.html
2 comentarios:
Muchas gracias por haber reeditado la publicacion de este pobre articulo.
En Cristo y Maria
Marcelo Grecco
Don Marcelo, nada que agradecer, como siempre es un gusto leerle es mas gusto aun compartir sus artículos.
Publicar un comentario