A todos aquellos que contribuyeron en mi formación catequistica
durante estos treinta y cinco años de vida.
En especial a mis padres, a los hermanos Corazonistas
y a los Santos Sacerdotes que Dios puso en mi camino,
Con particular cariño a los Padres Lojoya, Nadal, Sato, Pouse
y tantos otros que ayudaron y ayudan a nuestro crecimiento espiritual
Marcelo Eduardo Grecco
Los gravisimos males de nuestro tiempo tienen «por causa primaria y principal la ignorancia de las cosas Divinas»(1)y esto es una «gran mancha» - en el decir de Pío XI- a las naciones católicas y a la Salvación de las almas. A esta ignorancia denunciada una y otra vez por los santos Pastores de comienzo del siglo XX, vino en su ayuda el «veneno doctrinal y moral»(2) que ha penetrado en el seno mismo de la Iglesia de manos del progresismo.
Muchos son, entonces, los hombres que caminan por el mundo «sumidos en la más completa ignorancia de las verdades necesarias para la salvación eterna»(3). Muy contrariamente a lo que muchos piensan, esta ignorancia, no esta dada de manera más dura en aquellos de condición humilde, aunque en los últimos años y con la fuerza del progresismo son muchos los humildes y pobres que han bebido de este veneno doctrinal. Pero también y fundamentalmente, diría yo, son sometidos a esta ignorancia, como bien afirma el Papa de la Catequesis, «aquellos que no careciendo de instrucción y talento, como lo prueba su erudición en las ciencias profanas, en materia de religión viven con lamentable temeridad y con ciega imprudencia. Es increíble la oscuridad que acerca de esto los envuelve y, lo que es peor, se mantienen en ella con la más perfecta tranquilidad»(4). Basta conversar con jóvenes universitarios y se vera cuanta es la ignorancia en las cosas de Dios, claro Dios no da rédito económico y entonces ¿cuan poco le dedicamos a conocerle y amarle? Porque ¿quien puede amar y seguir a quien no conoce?. No podemos dejar pasar sin decir que ciertamente en la educación de nuestras universidades y colegios no solo se ignora la fe sino que se ataca vilmente a todo lo católico. Siguiendo, seguramente aquello de que la religión es el «opio de los pueblos» se niega en pos de una supuesta libertad cuyas consecuencias están a la vista de aquellos que quieran verlas.
Todo el bien hecho al mundo es tirado al tacho de basura, se insulta y calumnia la Cristiandad, el tiempo en que el hombre había logrado estar en un mundo verdaderamente mejor y más sano, pero el lobo no tenía, el rebaño a su albedrío, porque había pastores santos y custodios del rebaño que no dudaron dar la vida por él, siguiendo e imitando al Maestro.
Y, con dolor lo decimos, no están exentos de esta ignorancia aquellos que pasan por nuestras Parroquias, colegios y universidades, basta conversar con los jóvenes o conocer sus costumbres para darnos cuenta que no hemos sido capaces de mostrarles a Cristo, el Verbo Encarnado que se hizo hombre para nuestra Salvación, ni para lograr que de El se enamoren, ni tengan una vida sacramental. Ni siquiera somos capaces de darles las herramientas para que puedan «discernir lo que es recto y aceptar lo que es bueno».
Nuestros seminarios religiosos, los profesorados catequisticos han bebido, en su gran mayoría, del veneno progresista y hoy vemos su esterilidad.
Busca el hombre entenderse pero no podrá sin Cristo pues, como afirma el Concilio, «el misterio del hombre solo se resuelve a la luz del Verbo Encarnado».
Estas cosas que aquí exponemos nos llevan, desde nuestra miseria, a reflexionar sobre la catequesis y su perfil, porque es menester que renovemos el anuncio del Dios Encarnado dado que corre serio peligro la salvación del hombre y hemos sido llamados a trabajar para que Cristo sea acogido por las almas de todos los hombres, si esto no ocurriere ¡hay del hombre! Pues como dice San Hilario «¿Qué hay más peligroso para el mundo que no acoger a Cristo?»
NOTAS:
(1) San Pío X Carta Encíclica Acerbo Nimis (AN) 1
(2) S.S. Pío XI Carta encíclica Divini Illius Magistra sobre la educación cristiana de la juventud (D.I.M.) 7
(3) AN 1
(4) Idem
The Saint-Sever Beatus: An Illustrated Commentary on the Apocalypse (Part 2)
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This is the second part of an ongoing series on the Saint-Sever Beatus, an
illuminated manuscript of the 11th century produced at the abbey of
Saint-Sever ...
Hace 16 horas
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