Perfil de la Catequesis
Queremos desarrollar un pequeño perfil que ha de tener nuestra catequesis, siguiendo a los Pontífices.
Lo primero que debemos decir es que la catequesis tiene como principal misión el hacer conocer a Cristo, por lo tanto debe ser su centro. La catequesis necesariamente ha de ser Cristocentrica. Ni la doctrina del Párroco, ni la del catequista, ni la del exegeta o teólogo de moda sino la de Cristo, que esta contenida y enseñada por la Iglesia en su Magisterio, Ella ha sido constituida en custodia del «tesoro de la Fe».
Debe enseñar toda la obra de Dios en el mundo, todo el plan de Salvación. La creación, el pecado original y sus consecuencias, la existencia del demonio, el camino hacia la Plenitud de los Tiempos en que el Hijo de Dios se encarno, el decálogo de la Ley de Dios, la Encarnación en María Virgen, la Cruz salvadora y la Resurrección triunfante, sus enseñanzas, la Iglesia como «columna de verdad» e «instrumento de redención universal»(11), la oración como unión con Cristo y la vida de los Sacramentos como alimento y escudo para alcanzar la fe. Aquí también entrará por cierto, la Antropologia Cristiana que a la luz de la razon y de la Revelación ayudará al hombre a descubrir su ser trascendente, su destino en la vida sobrenatural.
El símbolo de la Fe el Credo ha sintetizado de manera admirable toda esta doctrina y la Iglesia a través de los tiempos ha elaborado estudios sistemáticos sobre esta doctrina ampliando y llevando a cada tiempo la misma doctrina, estos estudios son los llamados catecismos que han auxiliado a los fieles en el conocimiento de su fe.
Juan Pablo II dejó como herencia el Catecismo de la Iglesia Católica y junto a Benedicto XVI nos legó el Compendio de ese Catecismo que volviendo al estilo de preguntas y respuestas concisas son los vértices de la catequesis de nuestro tiempo.
En la catequesis no se puede suprimir, falsear o disminuir nada de la doctrina de Cristo y del Magisterio de la Iglesia. A cada edad y en cada momento se enseñará de manera distinta en la forma pero no en el contenido. Diremos, utilizando lenguaje de comunicación, puede cambiar el «como» pero no el «que». Ciertamente no es lo mismo hablarle a un niño de seis años que a un universitario, aunque quizás en ambos debamos darles catecismo básico. El contenido pues de la catequesis será el mismo cambiara la forma de comunicarlo.
Quien recibe la catequesis, afirma sabiamente Juan Pablo II «tiene derecho a recibir la «palabra de la fe» no mutilada, falsificada o disminuida, sino completa e integral, en todo su rigor y vigor. Traicionar en algo la integridad del mensaje es vaciar peligrosamente la catequesis misma y comprometer los frutos que de ella tienen derecho a esperar Cristo y la comunidad eclesial»(12).
La catequesis ha de ser:
«Una enseñanza sistemática, no improvisada, siguiendo un programa que le permita llegar a (su) fin preciso».
«Una enseñanza elemental que no pretenda abordar todas las cuestiones diputadas, ni transformarse en investigación teológica». A medida que se pueda ir desarrollando un crecimiento en la fe, irán aumentando los niveles de la enseñanza. Pienso en el maravilloso bien que hizo a la Iglesia la Acción Católica, que iba profundizando el estudio de los temas a medida que iban cambiando de rama los socios. Pienso también en los Cursos de Cultura Católica.
«Una enseñanza (...) bastante completa, que no se detenga en el primer anuncio del misterio cristiano» sino que profundice en el conocimiento de la doctrina de Cristo y que logre que esa iniciación ilumine integralmente al hombre en todas «las esferas de (su) vida cristiana»(13).
Una enseñanza de la doctrina unida profundamente a la vida de oración y de Gracia a través de los Sacramentos. Es el momento más importante para enseñarles a los chicos a contemplar el «Misterio de la Fe» en el Sacramento de la Eucaristia. Es el momento para enseñarles las mas hermosas devociones a Cristo Eucaristia, a María Santísima, a San José.
Una enseñanza que no este separada de la vida practica de cada día, por eso la catequesis no puede no mencionar a los Santos, por el contrarios debe iluminar con el ejemplo de sus vidas su enseñanza. Santo Domingo Savio, Santa María Gorretti, San Luis Gonzaga, Beata Laura Vicuña, San Tarcisio, Santa Inés y tantos otros deben servirnos para mostrarles a los niños y jóvenes que la vida de Santidad es posible y desde ahora, desde su misma niñez o juventud.
Notas:
(11) Declaración conciliar Lumen Gentium (LG) 9
(12) CT 30
(13) CT 21
The Saint-Sever Beatus: An Illustrated Commentary on the Apocalypse (Part 2)
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This is the second part of an ongoing series on the Saint-Sever Beatus, an
illuminated manuscript of the 11th century produced at the abbey of
Saint-Sever ...
Hace 16 horas
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