Comenzamos una nueva entrega, esta vez: "El tiempo de Cuaresma" del Rev. P. Andrés Azcárate o.s.b. de su libro "la flor de la liturgia" obtenido del sitio "Misa Tridentina" que mas abajo linkeamos:
1. Origen y vicisitudes de la Cuaresma. -
La Cuaresma es hoy un período litúrgico de cuarenta días, destinados a preparar la digna celebración de la Pasión, Muerte y Resurrecci6n de Nuestro Señor Jesucristo. Por lo mismo, es un tiempo de mayor penitencia y recogimiento, y en que con más ahínco ha de procurarse la compunción del corazón.
Por más que los liturgistas no están aún acordes acerca de la fecha precisa en que se estableció en la Iglesia la Cuaresma, si viviendo todavía los Apóstoles o bastante después, todos sabemos que hay una Cuaresma de origen bíblico; pues en la Biblia constan expresamente las de Moisés, Elías y Jesucristo. ¿La practicarían como observancia eclesiástica los Apóstoles y los primitivos cristianos? San Jerónimo, San León Magno y otros Santos Padres pretenden que sí, y su opinión por cierto es muy probable, aunque no se apoya en ningún documento escrito. Verdad es que San Ireneo, en el siglo II, y la "Didascalia", en el III, hablan de ayunos preparatorios para la Cuaresma pero los ayunos de aquél son nada más que de contados días, y los de ésta de sola la Semana Santa.
El primer documento conocido que menciona la Cuaresma propiamente dicha, es el canon 5 del Concilio ecuménico de Nicea, celebrado en 325. A partir de esta fecha, abundan los testimonios en los escritos y concilios de Oriente, y desde el año 340, también en Occidente.
Pero lo que, ni en Oriente ni en Occidente se descubre claramente en aquellos primeros siglos es el comienzo y término de la Cuaresma. Combinándola de muy distinta manera las diversas iglesias, incluyendo unas, en ella, la Semana Santa, y otras excluyéndola. En una cosa empero, convenían todas: en el número de ayunos, que solía ser, para los fieles, de treinta y seis días. En el siglo V se unificó por fin, la duración; y en el VII, un Papa posterior a San Gregorio Magno, completó los cuatro días de ayuno que faltaban a la Cuaresma, prescribiéndolo como obligatorio desde el Miércoles de Ceniza, que por eso se llamó caput jejunii o "principio del ayuno".
The Saint-Sever Beatus: An Illustrated Commentary on the Apocalypse (Part 2)
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This is the second part of an ongoing series on the Saint-Sever Beatus, an
illuminated manuscript of the 11th century produced at the abbey of
Saint-Sever ...
Hace 7 horas
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