Por un momento me pareció que la FSSPX se había convertido en una Conferencia Episcopal.
Pareció que el Si Si y No No se había vuelto Sí y No (y lo contrario también)
Después de la carta "indómita" a los Benefactores -donde quizá creyendo que la siguiente movida en el gigantesco Backgammon con Roma debía ser pal otro lado en aras de tranquilizar a ciertos fieles- Monseñor Fellay se ladeó demasiado. Deslizó sibilinamente, entre otras varias cosas misceláneas, que querían "callarlos". Obviamente la cosa sería periódico de ayer -como muchos otros de los deslizamientos sibilinos de Monseñor- sino fuera por el periódico de los días siguientes, en este caso Il Giornale, que filtrara a través de su vaticanista la inminencia del ultimátum y luego su contenido.
Ahí la cosa entró en Bolero.
Después de momentos espectantes, salió la respuesta:
Respondemos que aunque no responderemos, enviaremos una respuesta...
¡Oh manes de Marcel Marceau! ¿Dónde estais cuando más os necesitamos?
Estos devaneos acabaron convirtiendo a cada pobre fiel o simpatizante de la FSSPX de la blogósfera en un pronosticador del tiempo, en un vocero, en un intérprete de qué es lo que quiso decir o hacer Monseñor Fellay. Incómoda situación.
Decían: ¡Cómo vamos a firmar esas condiciones, si ya las cumplimos!
¿Tan seguros están? Si tienen a un obispo que dice que el Papa es hereje, lo llama Joseph Ratzinger y sostiene que la gran mayoría de sacerdotes de la Iglesia pertenecen a un "sacerdocio gnóstico"...si incluso, hay otro más buena gente -no por nada es inglés y profesor de literatura - que dice que el Papa es sólo un enfermo mental, si etc., etc., etc...¿?
Y aún si fueran los más grandes cumplidores de las condiciones, ¿qué problema habría en aceptar cosas que ya hacen?
Porque las condiciones no eran un pacto canónico ni mucho menos, sino que ces conditions semblent viser à obtenir un climat favorable à un dialogue ultérieur, como dice la recientemente revelada al público "Respuesta" de la FSSPX.
En una entrevista posterior a la respuesta, Monseñor Fellay se apresuró a poner paños fríos y a decir que no no no, de ninguna manera es el fin del Diálogo, que ellos se mantenían fieles al Papa, ansiosos por una solución a la situación irregular y a apuntar -tomad nota amigos de Guinness- que el ultimátum no tenía sentido pero que podía entenderse como una manera de apresurar las cosas por parte de la Santa Sede porque las cosas ciertamente que estaban lentas.
Qué diría el Aquinate. Algo que tiene sentido y no lo tiene. De cierta manera. En cierto sentido. Traigan a Gianni Vatimo, por favor...
Durante estos días, también, se especuló mucho con las Bocas Cerradas Se llegó a considerar que las Bocas Cerradas eran un nuevo Lugar Teológico y Canónico. Si se firma algo, ¡nos callarán! En primer lugar, no sabemos cómo se medirá una boca cerrada, quizá con un pie de rey, una sonda, no sabemos. ¿Hasta qué punto una Boca puede considerarse Cerrada o Entreabierta? ¿Hasta qué punto es válido el viejo adagio en "boca cerrada no entran moscas"?
Lo cierto es que no entiendo hasta ahora cómo la regularidad canónica puede cerrar bocas. Para muestra un botón: las memorias de todo un Príncipe de la Iglesia, el Cardenal Biffi -que no es un instituto raillé sino un Prelado Ortodoxo común y silvestre-, en ellas podrán encontrar un ejemplo de "silencios" y Bocas Cerradas. (Pido especialmente revisar la parte tan sonoramente titulada: Los engaños del Vaticano II)
Pobre Monseñor Fellay, en serio. Hay que orar por él, pues el arte del funambulismo es harto peligroso, siendo el riesgo menor caer en el sonambulismo.
En fin, al igual que tantas Conferencias Episcopales medio extrañas, la FSSPX ha preferido su propia unidad interna a afrontar la hora de la verdad.
Aunque no hay que desesperar: a lo mejor si hacemos una hermenéutica de la caridad de la Respuesta, es probable que descubramos que en verdad han aceptado las condiciones.
De Cierta Manera y en Cierto Sentido.
Después de la carta "indómita" a los Benefactores -donde quizá creyendo que la siguiente movida en el gigantesco Backgammon con Roma debía ser pal otro lado en aras de tranquilizar a ciertos fieles- Monseñor Fellay se ladeó demasiado. Deslizó sibilinamente, entre otras varias cosas misceláneas, que querían "callarlos". Obviamente la cosa sería periódico de ayer -como muchos otros de los deslizamientos sibilinos de Monseñor- sino fuera por el periódico de los días siguientes, en este caso Il Giornale, que filtrara a través de su vaticanista la inminencia del ultimátum y luego su contenido.
Ahí la cosa entró en Bolero.
Después de momentos espectantes, salió la respuesta:
Respondemos que aunque no responderemos, enviaremos una respuesta...
¡Oh manes de Marcel Marceau! ¿Dónde estais cuando más os necesitamos?
Estos devaneos acabaron convirtiendo a cada pobre fiel o simpatizante de la FSSPX de la blogósfera en un pronosticador del tiempo, en un vocero, en un intérprete de qué es lo que quiso decir o hacer Monseñor Fellay. Incómoda situación.
Decían: ¡Cómo vamos a firmar esas condiciones, si ya las cumplimos!
¿Tan seguros están? Si tienen a un obispo que dice que el Papa es hereje, lo llama Joseph Ratzinger y sostiene que la gran mayoría de sacerdotes de la Iglesia pertenecen a un "sacerdocio gnóstico"...si incluso, hay otro más buena gente -no por nada es inglés y profesor de literatura - que dice que el Papa es sólo un enfermo mental, si etc., etc., etc...¿?
Y aún si fueran los más grandes cumplidores de las condiciones, ¿qué problema habría en aceptar cosas que ya hacen?
Porque las condiciones no eran un pacto canónico ni mucho menos, sino que ces conditions semblent viser à obtenir un climat favorable à un dialogue ultérieur, como dice la recientemente revelada al público "Respuesta" de la FSSPX.
En una entrevista posterior a la respuesta, Monseñor Fellay se apresuró a poner paños fríos y a decir que no no no, de ninguna manera es el fin del Diálogo, que ellos se mantenían fieles al Papa, ansiosos por una solución a la situación irregular y a apuntar -tomad nota amigos de Guinness- que el ultimátum no tenía sentido pero que podía entenderse como una manera de apresurar las cosas por parte de la Santa Sede porque las cosas ciertamente que estaban lentas.
Qué diría el Aquinate. Algo que tiene sentido y no lo tiene. De cierta manera. En cierto sentido. Traigan a Gianni Vatimo, por favor...
Durante estos días, también, se especuló mucho con las Bocas Cerradas Se llegó a considerar que las Bocas Cerradas eran un nuevo Lugar Teológico y Canónico. Si se firma algo, ¡nos callarán! En primer lugar, no sabemos cómo se medirá una boca cerrada, quizá con un pie de rey, una sonda, no sabemos. ¿Hasta qué punto una Boca puede considerarse Cerrada o Entreabierta? ¿Hasta qué punto es válido el viejo adagio en "boca cerrada no entran moscas"?
Lo cierto es que no entiendo hasta ahora cómo la regularidad canónica puede cerrar bocas. Para muestra un botón: las memorias de todo un Príncipe de la Iglesia, el Cardenal Biffi -que no es un instituto raillé sino un Prelado Ortodoxo común y silvestre-, en ellas podrán encontrar un ejemplo de "silencios" y Bocas Cerradas. (Pido especialmente revisar la parte tan sonoramente titulada: Los engaños del Vaticano II)
Pobre Monseñor Fellay, en serio. Hay que orar por él, pues el arte del funambulismo es harto peligroso, siendo el riesgo menor caer en el sonambulismo.
En fin, al igual que tantas Conferencias Episcopales medio extrañas, la FSSPX ha preferido su propia unidad interna a afrontar la hora de la verdad.
Aunque no hay que desesperar: a lo mejor si hacemos una hermenéutica de la caridad de la Respuesta, es probable que descubramos que en verdad han aceptado las condiciones.
De Cierta Manera y en Cierto Sentido.
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