Desde Panoráma Católico Internacional:
Corre por la red el facsímil de una carta firmada por SER Mons. Darío Castrillón Hoyos, presidente de la Comisión Ecclesia Dei Adflicta. En ella se proponen cinco escuetas condiciones sine qua non, para llegar a una instancia de reconciliación canónica de la FSSPX, pero además dichas condiciones tienen una fecha de vencimiento, -fines de junio, es decir “ya”- lo que les da carácter de ultimátum. De lo contrario... no sabemos qué.
Escribe Marcelo González
Esta carta se titula “Condiciones resultantes de la reunión del 4 de junio de 2008 entre el Cardenal Darío Castrillón Hoyos y el obispo Mons. Bernard Fellay”. Es decir, sugiere ser un preacuerdo o carta de intención. (O, por la contraria, un absoluto desacuerdo, tras lo cual solo habría quedado a la Santa Sede una suerte de advertencia). En el segundo de los casos no se entiende el apuro ni el ultimátum, que cerraría toda instancia negociadora.
La nota lleva el logotipo de la comisión, aunque no tiene número de protocolo. Solo está firmada por el Card. Castrillón Hoyos, de modo que, a pesar de su título, no se trata de un preacuerdo ni de una “carta de intención”, no figura la firma de Mons. Fellay ni de ningún otro miembro de la FSSPX. ¿Un borrador de trabajo? ¿Por qué entonces una fecha taxativa?
Redactados en francés, los cinco puntos dicen escuetamente.
1) El compromiso de responder a la generosidad del Santo Padre de un modo proporcionado.
2) El compromiso de evitar toda intervención pública que no sea en términos respetuosos hacia la persona del Santo Padre y que pueda ser negativa para la caridad eclesial.
3) El compromiso de evitar toda pretensión de un Magisterio superior al Santo Padre y de proponer a la Fraternidad como contraparte de la Iglesia.
4) El compromiso de mostrar la voluntad de actuar rectamente con toda caridad eclesial y respeto a la autoridad del Vicario de Cristo.
5) El compromiso de respetar la fecha –fijada para fines de mes de junio [2008]- para responder afirmativamente. Esto será una condición necesaria y requerida como preparación inmediata a la adhesión para llegar a la plena comunión.
Según la Agencia Apic, como informáramos por separado, el P. Nely, Segundo Asistente del Superior General de la FSSPX ha confirmado la existencia de la propuesta – ultimátum. No ha habido otras declaraciones.
Algunas reflexiones
Sorprende la lenidad de las exigencias, las cuales son ya prácticamente cumplidas por las FSSPX en sus documentos oficiales.
Sorprende la nula alusión al Concilio Vaticano II y al Novus Ordo, o a las cuestiones doctrinales que el movimiento tradicionalista ha aparejado siempre a la liturgia tradicional. Parece un ofrecimiento amplio y generoso, en condiciones muy favorables de aceptar y eventualmente, dada la generalidad de las imposiciones, de defender ante un frente interno tradicionalista remiso. Ahora bien, este ofrecimiento ¿a qué compromete a Roma? Como decíamos en la nota anterior, seguramente a levantar – anular las excomuniones y establecer una convivencia pacífica.
También sorprende el carácter de ultimátum que adquiere el punto número 5, sin llegar a presentar ni sugerir qué medidas tomaría Roma en caso de negativa. No parece haber ya demasiadas sanciones que puedan intimidar a los tradicionalistas, puesto que de jure o de facto las han recibido todas. ¿A qué responde este amago incompleto?
Sorprende también la filtración periodística: a muy poco de vencerse el plazo, por fuentes habitualmente no enemigas furibundas del tradicionalismo (Il Giornale, Andrea Tornielli), y con el discreto silencio de Menzingen, más allá de la escueta confirmación del P. Nely. Si todo esto fuese mentira o montaje, ya habría sido ampliamente desmentido. Se vive, además, en las casas de la Fraternidad un ambiente de “vísperas” de una decisión crucial que es fácil de percibir.
No se habla de cisma -¿sorprende?- sino de plena comunión. Aunque este tema ya haya sido debatido hasta el cansancio y la propia Roma haya definido la situación, el grueso de los fieles, el clero y la prensa católica y no católica insiste en llamar “cisma” a lo que a todas luces no lo es. En este caso, la sorpresa será para los inadvertidos.
Dos hipótesis o tres
Sin otros datos, podemos ensayar los siguientes conjeturas:
1) Conjetura suspicaz: es una típica maniobra de desgaste de la diplomacia vaticana. Planteando condiciones tan amplias, no deja a la Fraternidad otra instancia que aceptar o quedar como la culpable de la división. Si acepta, se agudiza la polémica en el frente interno de la FSSPX. Si no acepta, también.
Se apuntaría a impresionar al catolicismo que tiene simpatías por la tradición e inclusive a los propios –digamos esquemáticamente- fieles del ala “acuerdista” de la FSSPX. Conjeturaría el Vaticano: si aceptan, bien, (aunque no dejarán de sufrir una sangría no deseable); si no aceptan, otra porción de tradicionalistas entrará en el redil romano. Por donde se mire, la FSSPX sufrirá un desgaste y será un adeversario menos poderoso. El cardenal es un diplomático hábil sin duda.
2) Conjetura bienpensada: El Papa ha decidido tender puente de plata. Pone condiciones casi simbólicas, no pide abjuraciones ni reconocimientos y juega todo a un statu quo legalizado bajo su amparo, para insuflar en la Iglesia la sangre de refresco que la disciplina litúrgica necesita desesperadamente. Se publica todo de una manera sorpresiva para no dar tiempo a contramaniobras del ala progresista (o incluso de algunos intransigentes tradicionalistas). Ahora bien, las condiciones son tan fáciles de cumplir tanto como inciertas las consecuencias legales para la FSSPX, al menos según la información que contamos. Mons. Fellay y las máximas autoridades de la Fraternidad manejan datos más concretos que los que se han “filtrado” y tal vez haya concesiones de Roma que nunca se publiquen porque serían peligrosísimas para la autoridad papal.
Cabría pensar en una tercera conjetura: una mezcla de las anteriores, buena voluntad del Santo Padre, picardía diplomática e incluso el deseo de cerrar una herida que va mucho más allá de la firma de un acuerdo (algo improbable ahora). El Cardenal Castrillón quiere resultados, y estos pueden llegar a ser, sí, en este caso, una carta de intención. "Nos comprometemos a esto y esto a fin de llegar en el futuro, mediante discusiones teológicas y propuestas canónicas, a una regularización completa de la FSSPX", pero la segunda parte sine die.
Lo cierto es que, de ser todo esto veraz, como creemos, la pelota ha quedado en el lado tradicionalista de la cancha. El pedido de levantamiento-anulación de las excomuniones (segundo “prealable”) queda ampliamente superado por esta contrapropuesta, pero no resultará gratuito, aunque el precio sea de ganga. También el Papa debe cuidar su frente interno.
Sin embargo, subsiste el problema que ha planteado repetidamente Mons. Fellay: ¿cómo convivirán tradicionalistas con progresistas? Pues, verdaderamente no parece haber modo de convivencia posible; tendrán que seguir caminos paralelos. En cuanto a los sectores más conservadores o tradicionales. solo se puede dejar las cosas libradas a su propia dinámica, como ocurre actualmente, es decir a las relaciones y contactos privados, muy numerosos, aunque reservados, que se practican cotidianamente. Como en el caso del Motu Proprio, quienes se acerquen a la FSSPX sufrirán las iras de la mayoría de los obispos sin que el Papa pueda hacer demasiado para protegerlos.
Es posible que Mons. Fellay obtenga consenso para firmar un armisticio en estas condiciones. El efecto sería muy favorable a los tradicionalistas y antes de que se llegue a un estátus canónico firme, pasará largo tiempo. Naturalmente es un paso de riesgo, pero inevitable dado el modo que las cosas han sido planteadas. Los tradicionalistas deberán tener en cuenta que muy probablemente de aquí no surja ningún "acuerdo" sino la manifestación de la voluntad de llegar a un acuerdo.
Eso sí, el Papa será víctima de la venganza progresista, esto también es inevitable, no importa como salga la cosa. Jamás se lo perdonarán... Dios lo guarde.
Liturgical Notes on the Presentation of the Virgin Mary
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The story of the Virgin Mary’s Presentation in the Temple comes to us not
from Sacred Scripture, of course, but from some of the apocryphal Gospels.
Althou...
Hace 1 hora
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