Desde el sitio oficial del Instituto del Verbo Encarnado, IVE:
Con mucho fruto pudimos realizar una vez más, por décimo segundo año consecutivo, las Jornadas de la Juventud, en San Rafael.
La asistencia de los jóvenes fue muy grande y variada, alrededor de 900 chicos de diversas partes de Argentina (San Rafael, Mendoza, San Luis, Córdoba, Buenos Aires, La Plata, Salta, Jujuy, Tucumán) y Chile.
De todos, la gran mayoría llegó al Seminario el viernes 9 de mayo, por la mañana, o el jueves por la noche, por lo que pudieron aprovechar los paseos por los Hogarcitos de caridad y por algunos lugares turísticos de San Rafael que se prepararon para ese día. Ya el viernes por la noche, con las tradicionales pizzas y un fogón de apertura, comenzaron oficialmente las Jornadas. Ya desde ese primer encuentro se vio un espíritu de mucha alegría, que fue característico de todas las actividades realizadas en estos días.
El sábado 10 se hizo el acto de apertura en la carpa armada para la ocasión y, posteriormente, el Dr. Claudio Rossi abrió el ciclo de exposiciones con una plenaria sobre “La fe en los ambientes hostiles”, tema que estaba muy relacionado con el lema de las Jornadas: “Recibiréis el Espíritu, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos” (Hech 1, 8) y con el tema propuesto por el Papa Benedicto en su mensaje de convocatoria a todos los jóvenes del mundo para las Jornadas Mundiales de la Juventud en Sydney: el Espíritu Santo y la misión de testimoniar a Jesucristo.
Luego de un recreo, la Prof. Andrea Greco de Álvarez dio una segunda plenaria titulada: “¿Cómo se llegó a la Argentina de hoy?”.
Al mediodía, tras el almuerzo, estuvo el fogón, del que los jóvenes participaron con entusiasmo y con gran alegría.
Por la tarde hubo dos tandas de talleres:
A las 15.30:
“Vida de S. S. Benedicto XVI”, por jóvenes de la Parroquia San Maximiliano Kolbe.
“¿Por qué la oración?”, por el P. Pablo Di Cesare.
“El Requiem de Mozart” (Melodium), por el P. Jon de Arza.
“El apostolado de los jóvenes en la Universidad” por jóvenes del CIDEPROF.
“El misterio del llamado de Dios”, por el P. Fabio Schilereff.
A las 17.15:
“Jordán Bruno Genta: el mártir”, por el Prof. Lic. Edmundo Gelonch Villarino.
Nuevamente “El Requiem de Mozart”.
“García Moreno, un político católico en acción”, por el Dr. Hugo Verdera.
“En busca del amor: elementos a tener en cuenta a la hora de concretar un noviazgo”, por el P. Raúl Harriague.
Más tarde estuvo la procesión desde las calles Ortubia y El Chañaral y la celebración de la Vigilia de Pentecostés. La Santa Misa fue presidida por el P. Zapata, que fue explicando en cada momento de la ceremonia el significado y la actitud que deben tener los fieles para participar bien de la Misa, lo cual fue de mucho provecho para todos los jóvenes.
Después de la cena, el grupo San Felipe Neri presentó un divague, mitad película, mitad actuación en vivo, llamado “La Mansión del Señor Prock”, muy aplaudido por los espectadores.
Al otro día, Domingo 11, Solemnidad de Pentecostés, abrió la mañana el P. Fuentes, con una plenaria llamada “De las tinieblas a la luz”, sobre los problemas modernos del joven, especialmente las enfermedades adictivas.
La Santa Misa fue a las 11.30, presidida por el P. Clarey, quien recordó en su predicación que debemos revestirnos de Cristo, gracias a la fuerza del Espíritu Santo, no sólo exteriormente sino sobre todo interiormente. Hizo también mucha referencia a la sotana, ya que durante la Misa, 19 novicios recibieron su santo hábito. Al finalizar la ceremonia se impusieron los escapularios a muchos jóvenes.
Por la tarde se hizo otra tanda de talleres:
“Responsabilidad y compromiso del cristiano”, por el Dr. Hugo Verdera.
“Jordán Bruno Genta: el mártir” por el Prof. Edmundo Gelonch Villarino.
Y nuevamente “En busca del amor: elementos a tener en cuenta a la hora de concretar un noviazgo”.
Finalmente se rezó el Rosario, con el diálogo de Pentecostés, y se hizo una media hora de Adoración, culminando con el canto solemne de las Vísperas.
Por gracia de Dios, todos los jóvenes pudieron aprovechar estos días y se fueron muy contentos.
Es de destacar el trabajo realizado por los sacerdotes, siempre atentos a consultas y confesiones, por los religiosos, tanto seminaristas como hermanas, menores y aspirantes, y por muchos jóvenes que colaboraron en la Comisión juvenil, con mucha generosidad. De todos ellos, y de su trabajo, se ha valido Dios para hacer llegar su gracia a muchos otros. Él nos permita continuar por mucho tiempo este hermoso apostolado.
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