Obispo de Aysén: “El Estado no ha buscado generar políticas energéticas definidas”
El obispo de Aysén, Luis Infanti Della Mora, atribuyó a la estructura de poder imperante en Chile y a la falta de una postura activa del Estado respecto al tema energético, el éxito de los proyectos de capitales extranjeros a los que él se opone y que encarnan "la política depredadora del hombre frente a la naturaleza".
Infanti explicó -en conversación con radio Cooperativa y en el contexto del debate sobre el proyecto HidroAysén-, los motivos y los alcances de "Danos hoy el agua de cada día", la carta pastoral que escribió para reflexionar sobre estos temas y que será presentada mañana martes en nuestro país por el teólogo brasileño Leonardo Boff, especializado en temas medioambientales.
"Yo en mi carta planteo que en Chile vivimos una estructura de poder donde el poder económico, político y judicial están íntimamente unidos para mantener ese poder", señaló, agregando que tal estructura "va dañando gravemente la democracia, la naturaleza y la participación social de las personas para hacer valer sus derechos y levantar discursos éticos frente a una política depredadora del ser humano ante la naturaleza".
"Esta estructura de poder debiera ser motivo de reflexión para que no viviéramos en un tiempo de nuevo colonialismo; que valoremos la soberanía que tenemos, el terreno en que vivimos y los bienes naturales, porque aquí hay un deber de Estado, que no se ha hecho responsable de la búsqueda de políticas energéticas definidas y deja esta política en manos de privados quienes, buscando una mayor rentabilidad para ellos y no para el bien común, van imponiendo proyectos que son gravemente dañinos e irreparables para todo el pueblo chileno", sostuvo.
No es una carta contra las represas
El obispo explicó que su texto "no es una carta contra las represas, sino que va más allá", criticando "el uso indiscriminado del agua para hacer de ella un negocio, donde está planteado también el hidronegocio del agua embotellada".
"La carta no va en contra de nadie, sino que quiere ser una propuesta a toda la población a que reflexionemos cuál es nuestra relación con la naturaleza, que debería ser la misma relación que tenemos con las personas. Entonces, (debemos) cuestionarnos si nuestra relación es de comunión con la persona y la naturaleza o es de agresividad", indicó.
"Creemos que, como años atrás dijimos nunca más a las violaciones a los derechos humanos, hoy día tenemos el derecho y el deber de decir 'no violemos la naturaleza', que es un don de Dios", concluyó.
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