Las siguientes palabras de Santo Tomás de Aquino demuestran una vez más a qué se refiere el Catolicismo hablando de los pérfidos:
"Pues los judíos veían en Él todas las señales que los profetas dijeron que iba a haber [...] pues veían con evidencia las señales de la Divinidad de Él, mas por odio y envidia hacia Cristo, las tergiversaban; y no quisieron confiar en las palabras de Éste, con las cuales se confesaba Hijo de Dios" (cfr. Summa Theologica, 3 p., qu. 47, art. 5).
Pero, más claro de lo que resulta en la siguiente parábola, como Cristo lo expresa, no puede estar:
"Y comenzó a contar al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña y se la arrendó a unos labradores y salió de viaje por bastante tiempo. Y en el momento adecuado envió a los labradores un siervo para que le diesen del fruto de la viña. Pero los labradores, tras apalearlo, lo despidieron vacío. Y volvió a enviar a otro siervo; pero ellos, apaleándolo y ultrajándolo, lo despidieron vacío. Y volvió a enviarles un tercero, pero ellos también a ese, tras herirlo, lo echaron.
Pero dijo el Señor de la viña: '¿qué voy a hacer? Enviaré a mí hijo el amado; quizás a él lo respetarán'. Sin embargo, al verle los labradores, razonaban entre sí diciendo: 'Éste es el heredero; vamos a matarlo para que la herencia sea nuestra.' Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron.
¿Qué hará, pues, con ellos, el Señor de la viña? Vendrá y hará perecer a esos labradores y entregará la viña a otros. " (Lc. 20, 9-16)
Fuente: Acotaciones filológicas y hermenéuticas al Oremus et pro Iudaeis, Por Guillermo-C-H Pérez Galicia
The Feast of St Anne 2025
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with psalms, who from her womb gave birth to the divine mountain, and has
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