martes, 22 de abril de 2008

Obispo Paraguayo electo Presidente por coalicion izquierdista

Para quienes no crean lo mucho que ha calado el modernismo y la teologia marxita de la liberación en latinoamérica.

Ex obispo Lugo es elegido Presidente y rompe una larga hegemonía del Partido Colorado
Una coalición de izquierda y liberales asumirá el poder tras 61 años de gobierno del "coloradismo". Comicios se realizaron sin mayores incidentes.

JAVIER MÉNDEZ ARAYA

Tal como lo pronosticaban las encuestas, el ex obispo católico Fernando Lugo acabó ayer con seis décadas de gobierno del Partido Colorado, al ganar las elecciones presidenciales.

Con el 92 % de las mesas escrutadas, Lugo, abanderado de una coalición de izquierda junto con el derechista Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), obtenía el 40,8% de los votos frente al 30,7 % de la candidata oficialista, Blanca Ovelar.

El general retirado Lino Oviedo, postulante a la presidencia por la derechista Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), aparecía en el conteo de votos con un 21,9 %.

"Los ciudadanos humildes y sencillos son los responsables de este cambio, para que nuestro país no sea siempre recordado por su corrupción, por su pobreza, sino por su honestidad, por su eficiencia", dijo Lugo poco después de conocer los primeros resultados oficiales.

Miles de paraguayos se reunieron en el centro de Asunción con banderas paraguayas y de los diferentes partidos que integran la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), la coalición liderada por Lugo, para festejar.

Monitoreado por observadores extranjeros, los comicios generales se desarrollaron con normalidad, a excepción de algunas escaramuzas entre oficialistas y opositores en Asunción.

El Partido Colorado ha dominado la política paraguaya desde 1947, y su poder se consolidó en 1954, cuando el general Alfredo Stroessner instauró, mediante un golpe de Estado, un gobierno autoritario, que cayó en 1989 por una asonada liderada por algunos sectores del mismo oficialismo.

Analistas asunceños consultados anoche por "El Mercurio" señalaron que la victoria de Lugo representa el desagrado de un amplio sector de los paraguayos con el partido gobernante con más años en el poder en el mundo, tras décadas de una profunda corrupción y alta pobreza.

El triunfo de Lugo, enfatizan, abre en Paraguay un nuevo escenario y un profundo cambio político, aunque de pronóstico incierto. "El país entra en un terreno desconocido. La alianza de Lugo es frágil, puesto que tiene el apoyo de fuerzas que están en las antípodas ideológicas. Además, carecerá de mayoría parlamentaria y tendrá que hacer frente a la oposición de un partido que estuvo 61 años en el poder y que aún tiene el monopolio del manejo de la burocracia estatal, del Estado, de cómo se manejan las cosas en Paraguay", explica Alfredo Boccia, columnista del diario "Última Hora".

Por su parte, la analista asunceña Milda Rivarola sostiene que necesariamente Lugo tendrá que alcanzar consensos y "fabricarse" una mayoría parlamentaria, debido al enorme peso que tendrá el Partido Colorado en la oposición, que podría verse aumentado con el eventual apoyo del Unace de Oviedo.

"Va tener que negociar también un programa de gobierno más viable que el que ha presentado. De lo contrario, habrá en Paraguay serios problemas de gobernabilidad", enfatiza.

En otro ángulo, muchos temen que Lugo, ex obispo formado en la Teología de la Liberación, se acerque a líderes populistas de izquierda latinoamericanos, como el venezolano Hugo Chávez.

Sin embargo, Boccia señala que no es factible que Paraguay se integre al bloque "chavista", porque Lugo "tiene un pie en lo más rancio del conservadurismo paraguayo, como el Partido Liberal, y el otro en un archipiélago de partidos de izquierda poco consistentes y de escasa historia. Eso lo obligará a ser extraordinariamente moderado y cauteloso. Deberá encontrar su propia vía".

Paraguay está considerado uno de los países más pobres de América Latina. Unos 2,2 millones de personas, de una población de 5,8 millones, viven por debajo de la línea de pobreza, y el desempleo alcanza al 15,9%.

"Acabar con eso será una tarea formidable. Primero, Lugo tendrá que terminar con la confusión entre el partido de gobierno y el Estado, con un Estado paternalista y la corrupción. Si llega a romper esos ductos y transparenta la función pública, el desarrollo económico vendrá por añadidura", sostiene.

"Haré un gobierno de real cambio"

El ex obispo católico Fernando Lugo colgó la sotana en la Navidad de 2006 para disputar la Presidencia, objetivo que logró ayer.

Líder de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), compuesta de una veintena de partidos y movimientos políticos y sociales, en su mayoría de izquierda, Lugo explicó a "El Mercurio", en vísperas de las elecciones, su programa de gobierno.

"Haré un gobierno de real cambio, porque en Paraguay hay un hartazgo de la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la pobreza extrema, el desempleo, la emigración constante de compatriotas hacia el exterior, y otros tantos males heredados de sesenta años de gobierno de una camarilla colorada corrupta y venal", manifestó.

Lugo puntualizó que su programa de gobierno es básico, pero muy completo y que contempla precisamente la solución de esos males. "Los objetivos primarios son la reactivación económica con equidad social, generación de empleo y bienestar social; una reforma agraria integral, que no sólo distribuya tierras a los campesinos, sino que los asista técnica y crediticiamente, les provea de posibilidades de educación y atención sanitaria adecuadas, y les cree condiciones de vida dignas".

Respecto al combate de la corrupción, Lugo señaló que luchará por la recuperación institucional del país. "Habrá la instauración de una justicia independiente, que ya no dependa de un 'cuoteo' entre partidos políticos, sino que esté integrada por los hombres de ley más probos y honestos, que abundan en Paraguay".

Lugo agregó que habrá una "recuperación de la soberanía nacional en todos los ámbitos, especialmente en el aprovechamiento de nuestra riqueza hidroeléctrica".


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