jueves, 26 de febrero de 2009

Una misa de carnaval o el carnaval de una misa.

Texto e imagen desde "la Cigueña de la Torre":


Me parece absolutamente inadmisible. Y pienso que el obispo de Mondoñedo-Ferrol debería decir algo.

Sobre el cura carnavalero vale la pena leer este artículo de La Voz de Galicia de 2002. Sigo pensando que el obispo de Mondoñedo-Ferrol debería decir algo.

El párroco Luis Ángel Rodríguez Patiño prepara una fiesta con sus feligreses en la que demandará un nuevo concilio, el celibato opcional y la jubilación del Papa

CÉSAR TOIMIL Después de sus numerosos antecedentes de rebeldía parroquial, no cabe duda de que el párroco de Xestoso, Luis Ángel Rodríguez Patiño, es un incómodo compañero de viaje para su obispo, el conservador Gea Escolano. Y como culminación de su disidente trayectoria eclesiástica, el próximo 20 de octubre oficiará un triple desafío que a buen seguro sacudirá los cimientos de la diócesis. Ese día, amparado por su feligresía, organizará un acto muy parecido a un mitin-fiesta, que en su caso será una misa-fiesta, en la que reivindicará la celebración del Concilio Vaticano III, el celibato opcional y -agárrense- la jubilación del Papa.

El órdago queda bien claro en la última edición de la hoja parroquial de Xestoso y Cambás, argumentos teológico-populares incluidos. Para la celebración de un nuevo concilio que acabe con la tendencia conservadora del Vaticano, aduce: «Nuestros mayores recuerdan cuando la misa se hacía en latín, de espaldas al pueblo, había que llevar velo, comulgar sin comer un día y los sacerdotes debían llevar sotana. ¿Quién les iba a decir que cambiaría?».

El ya famoso Bispo de Xestoso celebra una misa anual con curas casados. Sus argumentos por el celibato opcional no tienen pérdida: «Nuestros mayores hablan de hijos no reconocidos del cura, de las criadas del cura, y todos ellos eran buenos sacerdotes», escribe.

Por si fuera poco, Rodríguez Patiño también reclama el retiro del pontífice, bajo el epígrafe Sí a una decisión humilde del Papa. «Nuestros mayores -argumenta- comprendieron que hay que ser humildes y dejar paso a los jóvenes, que cada edad tiene su ritmo de vida».

El cura escenificará su triple ofensiva en una comida «bajo carpa» que costará dos euros a unos parroquianos que le siguen hasta el fin del mundo, aunque haya dado positivo en los controles de alcoholemia por culpa del vino de la eucaristía o, contra la opinión de la jerarquía, deje entrar a las caretas de Carnaval en la Iglesia.
  1. http://blogs.periodistadigital.com/laciguena.php/2009/02/23/una-misa-de-carnaval-o-el-carnaval-de-un

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