miércoles, 30 de julio de 2008

Roma aeterna, por los Heraldos del Evangelio

Paraguay's president, ex-bishop, granted lay status

Desde Catholic World News:

Asuncion, Jul. 30, 2008 (CWNews.com) - In an unprecedented concession, the Vatican has agreed to laicize the incoming president of Paraguay, a former Catholic bishop.

Fernando Lugo Mendez, who won the presidency handily in April elections, has been granted lay status "because his clerical status is incompatible with serving as president," announced Archbishop Orlando Antonini, the apostolic nuncio in Paraguay. The laicization was authorized by Pope Benedict XVI (bio - news).

A former Divine Word missionary, Lugo was named Bishop of San Pedro, Paraguay in 1994. He resigned that post in 2005, citing health issues. He is now 58 years old and his health appears to be fine.

In 2006, when he began his drive for the presidency, Lugo said that he wished to resign his status as a bishop. Later he said that he had also resigned from the priesthood-- a move that was deemed necessary to comply with the constitution of Paraguay, which bars clerics from political office.

The Vatican, however, had consistently refused to recognize Lugo's "resignation," pointing out that ordination to the priesthood of episcopacy is irreversible. In February 2007, Bishop Lugo was suspended a divinis because of his refusal to comply with Vatican policy barring priests from partisan political campaigns.

In announcing Lugo's laicization, the nuncio acknowledged that Church leaders had done their best to persuade the sometime bishop to abandon his political plans, "right up to the last day of the campaign." But now, he said, because the majority of Paraguay's voters had chosen Lugo, the Pope granted him lay status to avoid a further conflict.

Immediately after the April election, some observers had suggested that the Vatican could take further disciplinary action against Lugo, possibly including excommunication. Archbishop Antonini assured reporters that Lugo remains a Catholic, although not an active priest.

Lugo will assume office as Paraguay's president on August 15.
  1. http://www.cwnews.com/news/viewstory.cfm?recnum=59958

Anécdotas de verano de un sacerdote suplente en tierras "progress"...

Desde "Germinans germinabit", sitio de sacerdotes Catalanes que muestran su disconformidad con el clima modernista y nacionalista de la Iglesia en Cataluña:

SPLENDOR VERITATIS
Por Antoninus Pius

Anécdotas de verano (I): Los favores entre sacerdotes

En estas fechas veraniegas muchos sacerdotes se van de vacaciones y eso significa que otros sacerdotes tienen que suplirlos y celebrar las misas en sus parroquias. Pues bien yo soy uno de esos sacerdotes a los que les toca hacer alguna que otra “suplencia” en verano y eso me permite entrar en contacto con otras realidades parroquiales algunas bien curiosas.

Me llama la atención en primer lugar que algunos sacerdotes que durante el curso no me hablan y ni siquiera me dirigen la palabra se pongan en contacto conmigo con una grandísima amabilidad como si fuéramos amigos de toda la vida, cuando veo eso actitud ya me huelo lo que viene a continuación y es que necesitan algún favor para el verano, y efectivamente después de unas cuantas buenas palabras llega el “podrías hacerme esta misa tal día…” (debe tenerse en cuenta que el clero progresista siempre habla de “hacer misas” y no de “celebrar la misa”).

En segundo lugar me sorprende que algunos sacerdotes se den unos viajes tan lujosos o a países tan lejanos, cuando el sueldo del sacerdote no da para mucho, pero cada uno sabrá como administra sus finanzas, lo que es curioso es que algunos de estos curas luego se las dan de progresistas y de defender a los pobres y a los marginados. Pues ciertamente muchos de esos miembros de las clases más débiles no pueden permitirse según que viajes en verano.

Pero vayamos al grano. Una vez aceptada la “suplencia” llega el gran día, me dirijo a la parroquia en la que debo celebrar la Santa Misa y empiezan las reacciones “divertidas” de la gente.

Sólo entrar en la iglesia una señora me mira de arriba abajo y me suelta:

-“Anda, un cura de verdad”.

A lo que yo contesto:

-“¿Es que el cura que tienen no es de verdad?”.

Y la señora en cuestión responde:

-“Si, claro, pero como nuestro párroco por estas fechas va con pantalón corto por la iglesia, pues claro al verlo tan vestido de sacerdote pues me ha llamado la atención”.

Una vez ya me dirijo a la sacristía me asalta otra señora diciéndome:

-“Padre, podría confesarme es que hace muchos meses que no me confieso”.

A lo que yo le respondo:

-“¿Es que su párroco no se pone al confesonario?

Y ella me dice:

-“¡Nunca!, sólo hace esas celebraciones por adviento y cuaresma, pero en las que uno ni se confiesa ni nada”.

Accedo a confesarla, después de retirar el abundante polvo que había en el confesonario, mientras confieso, otros feligreses pasan por delante y se quedan como extrañados, como si hubieran visto un OVNI o algo por el estilo. Da la sensación de que algunos descubrieron ese día que en la parroquia había un CONFESONARIO y que además podía hacerse servir.

Finalmente entro en la sacristía, y veo los ornamentos preparados para la celebración, pero no veo la casulla por ninguna parte, le pregunto a un señor que se movía por allí, probablemente el sacristán y me dice:

-Aquí nunca se ponen casulla, pero si usted quiere mirar por los armarios.

Como Indiana Jones me adentro por los armarios de la sacristía hasta que consigo rescatar una casulla que debería hacer décadas que no se hacía servir, pero finalmente consigo mi objetivo.

La historia sigue, pero será en el siguiente capítulo.

Anécdotas de verano (II): Los hijos del CPL

Continuo con la “aventura” iniciada la semana pasada en parroquia ajena en una de mis “suplencias” de verano. Mientras me preparo en la sacristía para salir a celebrar la Santa Misa veo acercarse un señor con una carpeta en la mano de color verde lo que me hace pensar en mi interior:

- “¡Vaya!, otro hijo del CPL (Centro de Pastoral Litúrgica)”.

El “monitor” (que es como les gusta que les llamen a estos hijos del CPL) se acerca a mí y sin ni siquiera saludarme me comenta con voz autoritaria:

-“Tenemos que ponernos de acuerdo en unas cuantas cosas”

Yo hago como si acato sus órdenes y le escucho con atención, entonces sin dejar de mirar el guión de su carpeta me dice:

-“Por ejemplo, el acto penitencial ¿lo hacemos rezado o cantado?”

Yo le respondo que yo prefiero rezar el “Yo confieso” y finalmente el Señor Ten Piedad sin introducciones. El “monitor” empieza a ponerse nervioso y me dice con cierto enfado:

-“Aquí no se hace (no dice reza) el Yo confieso, la gente no lo sabe, y se quedará sólo rezándolo”.

Evidentemente en la misa recé el Yo confieso y comprobé que exceptuando el señor monitor, callado y enfadado, el resto del Pueblo de Dios seguía la oración penitencial conmigo sin ningún problema.

A continuación soy yo el que formulo una pregunta, para saber si en esa parroquia la costumbre es rezar el credo apostólico o el niceo-constantinopolitano, a lo que el monitor me responde:

-Aquí no se reza casi nunca el credo ni el gloria y menos en verano

Intrigado por saber porque en verano especialmente no se reza el credo y el gloria obtengo la siguiente respuesta:

-En verano la gente tiene mucho calor, así que de esa manera acabamos antes y todos contentos

¡Qué gran argumento litúrgico!, realmente estos hijos del CPL son superdotados.

Después de otros comentarios sin demasiada importancia el monitor me dice:

-“Antes de la comunión acuérdese de avisar que salgan algunos voluntarios para repartirla”

Sorprendido le digo que no voy a hacer tal cosa, que no todo el mundo está capacitado para dar la comunión, que hay unas normas eclesiásticas para ello y se dan unos permisos específicos para los ministros extraordinarios de la eucaristía. Empezamos a discutir y finalmente decido cortar por lo sano diciéndole:

-“Mire, como no hay demasiada gente, ya daré yo sólo la comunión, que mientras se canta un canto da tiempo de sobras”.

Durante la misa tuve que aguantar estoicamente los materiales del CPL, para mí el CDL (Centro de Deformación Litúrgica).
Así por ejemplo antes de las lecturas el monitor lee una introducción que en algunos casos es absolutamente superflua e innecesaria del estilo:

“Escuchemos con atención estos interesantes consejos que da el Apóstol san Pablo a una de sus primeras comunidades”.

Una monición que no dice nada porque podría aplicarse a prácticamente todas las segundas lecturas del año.

La oración de los fieles (preparada por el CPL) también es desesperante, se pide por todo el mundo: Por los que están y los que no están, los que se ha ido de vacaciones y los que se han quedado, los que trabajan y los que están descansando, los profesionales del turismo y los turistas… Pero por la Iglesia, sus ministros y pastores o no se pide o se hace de un forma absolutamente discreta, porque ya se sabe que el CPL es un Centro completamente anti-jerarquía.

Me imagino el diálogo posterior entre el monitor, hijo del CPL, y el párroco cuando éste vuelva de vacaciones.

-Vaya cura más carca e intransigente que nos has traído

A lo que el párroco probablemente, después de un resoplido contestará:

-¡Lo que hay que hacer para poder tener vacaciones!.

P.D.: Quiero agradecer el mensaje que me ha hecho llegar uno de nuestros lectores de Reus, aunque sea para compartir que lo que comentaba en mi último artículo es una realidad en muchas otras parroquias. ¡TRISTE REALIDAD!

Anécdotas de verano (y III): ¡Prohibido arrodillarse!

Finalizo hoy el relato en tres entregas de mi “suplencia” en otra parroquia de nuestra diócesis, aunque la realidad que me encontré tristemente no es extraordinaria, podríamos hallarla en muchísimas parroquias de nuestra diócesis y en general de toda Cataluña.

Vayamos al grano. En el momento de dar la Sagrada Comunión, que finalmente administré en solitario, a pesar de las sugerencias del “monitor” (CPL), todo el mundo comulgó en la mano, excepto una señora que fue la última y que se arrodilló muy devotamente y comulgó en la boca.
Al finalizar la Eucaristía, esta señora vino a saludarme y con una gran alegría en sus ojos me dijo:

-No sabe la emoción que he tenido por volver a comulgar de rodillas

Y yo que ingenuamente le pregunto:

-¿Pero no lo hace, cada vez que viene a Misa?

Y la buena señora me contestó:

-El cura de aquí no me deja, y ya no me atrevo, la última vez me dijo: “¡levántese, no haga comedia!”

Viendo su respuesta le comenté que me había extrañado que nadie se arrodillara en la consagración (ni siquiera ella), y que todos menos ella habían comulgado en la mano, a lo que ella me respondió:

-El párroco no quiere que nos arrodillemos en la consagración ni que comulguemos en la boca. Ha ido adoctrinando a la gente en ese sentido, un día dijo que parecíamos una comunidad dividida unos de rodillas y otros de pie, así que sugirió como solución que todos nos pusiéramos de pie. Otro día dijo que era mejor comulgar en la mano diciendo que era más higiénico y que demostraba una actitud más humilde como la del pobre que pide caridad. La verdad es que el hombre encuentra argumentos para todo pero la cuestión es cargarse las tradiciones. Me he alegrado de que usted diera la comunión sólo, porque a veces salen personas divorciadas y rejuntadas a dar la comunión, entonces me di cuenta definitivamente que era un sacerdote diferente y me he atrevido a comulgar de rodillas, pero en la consagración no me atreví a arrodillarme porque todavía tengo muy presentes las humillaciones en público que me ha hecho pasar el otro cura.

Esta mujer me hace comprender el sufrimiento de tantas personas piadosas en algunas de nuestras parroquias bajo el régimen dictatorial de estos defensores de las libertades y el progresismo. No sólo prohíben actitudes y devociones autorizadas por la Iglesia y en muchos casos más que recomendadas, sino que señalan y humillan públicamente a los que no hacen las cosas como ellos mandan. ¿Qué hubiera pasado si yo hubiera hecho lo mismo y hubiera dicho que todos a arrodillarse en la consagración, o todos a recibir la comunión en la boca? Pero aunque yo tenga mis preferencias yo no soy capaz de hacer tal cosa, soy bastante más tolerante.
  1. http://www.germinansgerminabit.org/

Piden a curas vestirse como curas

Desde el sitio del "Sistema Informativo de la Arquidiocesis de México"

Por: Felipe Monroy

Luego de que un malentendido por la vestimenta utilizada por los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, alertara a los sacerdotes del 5º Decanato de la III Vicaría “San Felipe de Jesús”, el Cardenal Norberto Rivera Carrera pidió a los religiosos a reflexionar sobre la importancia de los ‘signos’ visibles del ministerio, esto es de los hábitos o vestimentas utilizadas por los clérigos.

Y es que en la zona ubicada en el angosto corredor delimitado por el Estado de México y la autopista a Puebla, los laicos que solían llevar la Eucaristía vestían con alba o túnica y en constantes ocasiones eran confundidos por la población por sacerdotes o religiosas consagrados: “les decían ‘padrecitos’ aún cuando fueran laicos, nada más por llevar alba o túnica”, apuntó uno de los sacerdotes de la zona.

De tal modo que el Cardenal Rivera Carrera pidió a los sacerdotes a que no simplemente prohibieran las vestimentas ‘clericales’ a los laicos sino a que reflexionaran en la necesidad de éstos en mostrar los signos propios de su misión.

“Los laicos con ministerio quieren usar signos para distinguirse y servir concientemente; pero luego el ministro (sacerdote) no quiere usar ropas que distingan su ministerio propio”, dijo el arzobispo de México.

El prelado refirió que en textos especializados como ‘Actualidad litúrgica’ sí sugieren que los laicos que sirven en el ministerio Extraordinario de la Comunión Eucarística porten o vistan algún distintivo de su ministerio; pero aclaró, que esa necesidad de ellos de utilizar estas ropas es un reflejo de la feligresía y la comunidad de ver a sus sacerdotes distinguirse entre los demás. Algunos fieles de esas comunidades solicitaron a los religiosos a ‘sacar del clóset’ sus sotanas, túnicas, clericales, hábitos y demás signos ministeriales de vestimenta que los distinguen como ‘hombres de Dios’.
  1. http://www.siame.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=3629&Itemid=1

martes, 29 de julio de 2008

Pro multis

Publicamos la carta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a los Episcopados del Mundo desde "Sector Católico".

Carta de la Congregación para el Culto Divino a los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo

Su Eminencia/Su Excelencia:

En julio de 2005 esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió a todos los presidentes de las Conferencias Episcopales para preguntar su estimable opinión sobre la traducción a varias de las lenguas vernáculas de la expresión pro multis en la fórmula de la consagración de la Preciosísima Sangre durante la celebración de la Santa Misa.

Las respuestas de las Conferencias Episcopales fueron estudiadas por dos Congregaciones y el informe presentado al Santo Padre. Por su directiva, esta Congregación ahora escribe a Su Eminencia/Su Excelencia en los siguientes términos.

1. El texto, correspondiente a las palabras pro multis, entregado por la Iglesia a lo largo del tiempo, que constituye la fórmula que ha sido de uso en el Rito Romano desde los siglos más tempranos, en los últimos 30 años o término cercano, en algunos textos aprobados en lengua vernácula ha sido traducido en el sentido interpretativo de "por todos", "for all", "per tutti", o equivalentes.

2. No hay duda, en cualquier caso, sobre la validez de las Misas celebradas con el uso debidamente aprobado de la fórmula que contiene una fórmula equivalente a "por todos", como la Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado ya. Verdaderamente, la fórmula "por todos" seguramente correspondería a la intención del Señor expresada en el texto. Es dogma de Fe que Cristo murió en la Cruz por todos los hombres y mujeres.

3. Hay, sin embargo, muchos argumentos en favor de una traducción más precisa de la fórmula tradicional pro multis:

a. Los Evangelios sinópticos (Mateo 26,28; Marcos 14,24) hacen una referencia específica a "muchos" (la palabra griega transliterada sería polloi) por los cuales el Señor está ofreciendo el Sacrificio, y estas palabras han sido remarcadas por algunos eruditos bíblicos relacionándolas con las palabras del profeta Isaías (53,11-12). Sería completamente posible que los Evangelios hubiesen dicho "por todos" (por ejemplo, cf. Lucas 12,41); pero, la fórmula de la narración de la institución dice "por muchos", y estas palabras han sido fielmente traducidas por la mayoría de las versiones bíblicas modernas.

b. El Rito Romano en latín siempre ha dicho pro multis y nunca pro omnibus en la consagración del cáliz.

c. Las anáforas de los distintos ritos orientales, sea el griego, el siríaco, el armenio, el eslavo, etc. contienen fórmulas verbales equivalentes al latín pro multis en sus respectivos idiomas.

d. "Por muchos" es una traducción fiel de pro multis en tanto que "por todos" es más bien una explicación más adecuada a la catequesis.

e. La expresión "por muchos", mientras permanece abierta a la inclusión de cada uno de los seres humanos, refleja, además el hecho de que esta salvación no es algo mecánico, sin el deseo o la participación voluntaria de cada uno; por el contrario, el creyente es invitado a aceptar por la fe el don que le es ofrecido y a recibir la vida sobrenatural que es dada a los que participan del misterio, viviéndolo en sus vidas de modo tal que sean parte del número de los “muchos” a los que se refiere el texto.

f. En concordancia con la Instrucción Liturgiam Authenticam, ha de hacerse un esfuerzo para ser más fieles a los textos latinos de las ediciones típicas.

4. A las Conferencias Episcopales de aquellos países donde la fórmula "por todos" o su equivalente está en vigencia en la actualidad se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula pro multis (por ejemplo, "for many", "por muchos", "per molti", etc.) en la próxima traducción del Misal Romano que los Obispos y la Santa Sede hayan de aprobar para el uso en su país.

Con la expresión de mi alta estima y respeto, permanezco, Su Eminencia/Su Excelencia

Devotamente suyo en Cristo.
Francis Cardenal Arinze
Prefecto

Roma, 17 de octubre de 2006
  1. http://www.sectorcatolico.com/2008/05/carta-de-la-congregacin-para-el-culto.html

La sotana

Tomado desde "Juventutem Argentina":

Adaptado de un texto publicado en el Fondo Cultural Católico, Miami, Estados Unidos, en base a textos de Jaime Tovar Patrón

"Fíjese si el impacto de la sotana es grande ante la sociedad, que muchos regímenes anticristianos la han prohibido expresamente. Esto debe decirnos algo. ¿Cómo es posible que ahora, hombres que se dicen de Iglesia desprecien su significado y se nieguen a usarla?"

Hoy en día son pocas las ocasiones en que podemos admirar a un sacerdote vistiendo su sotana. El uso de la sotana, una tradición que se remonta a tiempos antiquísimos, ha sido olvidado y a veces hasta despreciado en la Iglesia posconciliar. Pero esto no quiere decir que la sotana perdió su utilidad sino que la indisciplina y el relajamiento de las costumbres entre el clero en general es una triste realidad.

La sotana fue instituida por la Iglesia a fines del siglo V con el propósito de darle a sus sacerdotes un modo de vestir serio, simple y austero. Recogiendo esta tradición, el Código de Derecho Canónico impone el hábito eclesiástico a todos los sacerdotes (canon 136).

Contra la enseñanza perenne de la Iglesia está la opinión de círculos enemigos de la Tradición que tratan de hacernos creer que el hábito no hace al monje, que el sacerdocio se lleva dentro, que el vestir es lo de menos y que lo mismo se es sacerdote con sotana que de paisano.

Sin embargo, la experiencia demuestra todo lo contrario, porque cuando hace más de 1.500 años la Iglesia decidió legislar sobre este asunto fue porque era y sigue siendo importante, ya que ella no se preocupa de niñerías.

1º - La sotana es el recuerdo constante del sacerdote
Ciertamente que, una vez recibido el orden sacerdotal, no se olvida fácilmente. Pero nunca viene mal un recordatorio: algo visible, un símbolo constante, un despertador sin ruido, una señal o bandera. El que va de paisano es uno de tantos, el que va con sotana, no. Es un sacerdote y él es el primer persuadido. No puede permanecer neutral, el traje lo delata. O se hace un mártir o un traidor, si llega el caso. Lo que no puede es quedar en el anonimato, como un cualquiera. Y luego... ¡Tanto hablar de compromiso! No hay compromiso cuando exteriormente nada dice lo que se es. Cuando se desprecia el uniforme, se desprecia la categoría o clase que éste representa.

2º - La sotana facilita la presencia de lo sobrenatural en el mundo
No cabe duda que los símbolos nos rodean por todas partes: señales, banderas, insignias, uniformes... Uno de los que más influjo produce es el uniforme. Un policía, un guardián, no hace falta que actúe, detenga, ponga multas, etc. Su simple presencia influye en los demás: conforta, da seguridad, irrita o pone nervioso, según sean las intenciones y conducta de los ciudadanos.

Una sotana siempre suscita algo en los que nos rodean. Despierta el sentido de lo sobrenatural. No hace falta predicar, ni siquiera abrir los labios. Al que está a bien con Dios le da ánimo, al que tiene enredada la conciencia le avisa, al que vive apartado de Dios le produce remordimiento.

Las relaciones del alma con Dios no son exclusivas del templo. Mucha, muchísima gente no pisa la Iglesia. Para estas personas, ¿qué mejor forma de llevarles el mensaje de Cristo que dejándoles ver a un sacerdote consagrado vistiendo su sotana? Los fieles han levantando lamentaciones sobre la desacralización y sus devastadores efectos. Los modernistas claman contra el supuesto triunfalismo, se quitan los hábitos, rechazan la corona pontificia, las tradiciones de siempre y después se quejan de seminarios vacíos; de falta de vocaciones. Apagan el fuego y luego se quejan de frío. No hay que dudarlo: la desotanización lleva a la desacralización.

3º - La sotana es de gran utilidad para los fieles
El sacerdote lo es no sólo cuando está en el templo administrando los sacramentos, sino las veinticuatro horas del día. El sacerdocio no es una profesión, con un horario marcado: es una vida, una entrega total y sin reservas a Dios. El pueblo de Dios tiene derecho a que lo asista el sacerdote. Esto se les facilita si pueden reconocer al sacerdote de entre las demás personas, si éste lleva un signo externo. El que desea trabajar como sacerdote de Cristo debe poder ser identificado como tal para el beneficio de los fieles y el mejor desempeño de su misión.

4º - La sotana sirve para preservar de muchos peligros
¡A cuántas cosas se atreverán los clérigos y religiosos si no fuera por el hábito! Esta advertencia, que era sólo teórica cuando la escribía el ejemplar religioso P. Eduardo F. Regatillo, S. I., es demasiadas veces una terrible realidad.

Primero, fueron cosas de poco bulto: entrar en bares, sitios de recreo, alternar con seglares, pero poco a poco se ha ido cada vez a más.

Los modernistas quieren hacernos creer que la sotana es un obstáculo para que el mensaje de Cristo entre en el mundo. Pero al suprimirla, han desaparecido las credenciales y el mismo mensaje. De tal modo que ya algunos piensan que al primero que hay que salvar es al mismo sacerdote que se despojó de la sotana supuestamente para salvar a otros.

Hay que reconocer que la sotana fortalece la vocación y disminuye las ocasiones de pecar para el que la viste y los que lo rodean. De los miles que han abandonado el sacerdocio después del Concilio Vaticano II, prácticamente ninguno abandonó la sotana el día antes de irse: lo habían hecho ya mucho antes.

5º - La sotana supone una ayuda desinteresada a los demás
El pueblo cristiano ve en el sacerdote el hombre de Dios que no busca su bien particular sino el de sus feligreses. La gente abre de par en par las puertas del corazón para escuchar al padre que es común del pobre y del poderoso. Las puertas de las oficinas y de los despachos por altos que sean se abren ante las sotanas y los hábitos religiosos. ¿Quién le niega a una monjita el pan que pide para sus pobres o sus ancianitos? Todo esto viene tradicionalmente unido a unos hábitos. Este prestigio de la sotana se ha ido acumulando a base de tiempo, de sacrificios, de abnegación. Y ahora, ¿se desprenden de ella como si se tratara de un estorbo?

6º - La sotana impone la moderación en el vestir
La Iglesia preservó siempre a sus sacerdotes del vicio de aparentar más de lo que se es y de la ostentación dándoles un hábito sencillo en que no caben los lujos. La sotana es de una pieza (desde el cuello hasta los pies), de un color (negro) y de una forma (túnica). Los armiños y ornamentos ricos se dejan para el templo, pues esas distinciones no adornan a la persona sino al ministro de Dios para que dé realce a las ceremonias sagradas de la Iglesia.

Pero, vistiendo de paisano, le acosa al sacerdote la vanidad como a cualquier mortal: las marcas, calidades de telas, de tejidos, colores, etc. Ya no está todo tapado y justificado por el humilde sayal. Al ponerse al nivel del mundo, éste lo zarandeará, a merced de sus gustos y caprichos. Habrá de ir con la moda y su voz ya no se dejará oír como la del que clamaba en el desierto cubierto por el palio del profeta tejido con pelos de camello.

7º - La sotana es ejemplo de obediencia al espíritu y legislación de la Iglesia
Como uno que comparte el Santo Sacerdocio de Cristo, el sacerdote debe ser ejemplo de la humildad, la obediencia y la abnegación del Salvador. La sotana le ayuda a practicar la pobreza, la humildad en el vestuario, la obediencia a la disciplina de la Iglesia y el desprecio a las cosas del mundo. Vistiendo la sotana, difícilmente se olvidará el sacerdote de su papel importante y su misión sagrada o confundirá su traje y su vida con la del mundo.

Estas siete excelencias de la sotana podrán ser aumentadas con otras que le vengan a la mente a usted. Pero, sean las que sean, la sotana por siempre será el símbolo inconfundible del sacerdocio porque así la Iglesia, en su inmensa sabiduría, lo dispuso y ha dado maravillosos frutos a través de los siglos.

Nota: Conviene recordar: Muchos sacerdotes y religiosos mártires han pagado con su sangre el odio a la fe y a la Iglesia desatado en las terribles persecuciones religiosas de los últimos siglos. Muchos fueron asesinados sencillamente por vestir la sotana. El sacerdote que viste su sotana es para todos un modelo de coherencia con los ideales que profesa, a la vez que honra el cargo que ocupa en la sociedad cristiana.

Si bien es cierto que el hábito no hace al monje, también es cierto que el monje viste hábito y lo viste con honor. ¿Qué podemos pensar del militar que desprecia su uniforme? ¡Lo mismo que del cura que desprecia su sotana!

Publicado en "Vida Sacerdotal"
Nichán Eduardo Guiridlian Guarino
  1. http://www.juventutem.com.ar/2008/07/adaptado-de-un-texto-publicado-en-el.html

Dios Te Salve Maria, por los Madrugadores de Schoenstatt de Valdivia, Chile

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  1. http://madrugadoresdevaldivia.blogspot.com/2006/06/la-alegra-del-camino.html

lunes, 28 de julio de 2008

Crisis o ¿usura?

Desde "A casa de Sarto":

Eulogio López suele hacer análisis económicos que al menos tienen un componente católico, cosa rarísima de encontrar entre los periodistas económicos. En este análisis desde el periódico económico Hispanidad Eulogio López culpa a la especulación, sobre todo a la especulación financiera, del mal que nos aflige en Europa. Ahíto que está uno del monetarismo, y más todavía del monetarismo que viene de prensa controlada por el Opus Dei (o sus miembros, para que no me digan luego que el Opus no controla nada, que son sólo sus miembros a título personal; recurso retórico similar al de la otras sociedades discretas, por cierto), estos análisis resultan refrescantes.
Hace años que mantengo amistad con un alto cargo del FMI y del Banco Mundial que es un agnóstico redomado, pero un hombre culto, cabal y caballeroso. Hace diez años que él viene pronosticando que la especulación y la burbuja que hemos creado son tan brutales que el crack financiero que va a acontecer en el mundo va a ser brutal, quizás sin precedentes en la historia. Ojalá que este amigo se equivoque por completo, pero él me da razones varias bien fundamentadas que justifican tal aserto. No es el sitio para sintetizar su visión, pero básicamente se trata de haber hecho del dinero un objeto en vez de un instrumento, de haber virado de la producción sensata a la producción insensata y de haber dado preeminencia al capitalismo financiero versus el capitalismo productivo.
A nivel doméstico la economía española se hunde a pasos agigantados, más que otros países del entorno, pero esto es justo castigo a una nación como la española que ha apostatado más que nadie en estos últimos tiempos. En cualquier caso, es la usura la que ha llevado a este status quo que actualmente padecemos. Sea como fuere quizás esta crisis económica sea salutífera para el espíritu. ¡Ojalá! Ahora bien, no es sólo la usura per se, sino que también es nuestra codicia, nuestra avaricia, nuestro materialismo, nuestro consumismo, etc., los que nos han llevado a este monumental desaguisado.
Al final no es tan difícil reconocer que tras un problema económico se esconde un problema espiritual.
Sólo la vuelta no ya a la Tradición, sino a la Tradición de corte tomista, tan hostil a la especulación y tan realista con respecto a las cosas, nos devolverá una mínima dosis de cordura en medio de toda esta locura. Empiezo a comprender a Castellani cuando culpaba a Suárez, en el fondo escotista, del decaimiento de España. Por eso digo que otras soluciones no me parecen muy fundadas. Al fin y al cabo lo platónico nunca ha dado muchas cosas buenas y lo escotista, por ende, tampoco. No en vano Suárez abrió las compuertas –in extremis, y no digo que él mismo fuera consciente de ello- del ultracapitalismo que nos machaca. De ahí la necesidad de volver al realismo templado y ético de Aristóteles y Santo Tomás, pues. Y ambos, sin paliativos, están contra la usura.
Sólo un perverso –luego genocida- como Calvino, expulsado de un Seminario católico en su juventud por su sodomía, pudo pervertir tanto lo aristotélico como para justificar la usura y hasta hacer de la riqueza indebidamente obtenida un signo de predestinación. Es Belloc quien “clava” realmente la auténtica esencia del problema en su libro The Crisis of Civilization:

“In denying the efficacy of good deeds and of the human will, and abnegations, in leaving on one side as useless all the doctrine and tradition of Holy Poverty, Calvin opened the door to the domination of the mind by money. St Thomas had said it centuries before -that if men abandoned the idea of God as the supreme good they would tend to replace Him ... [with] ... material wealth".

De las pocas, poquitas cosas, que uno puede criticar a los Sacerdotes de la Tradición y en particular a los Sacerdotes de la Hermandad de San Pío X, que en mi caso han sido los que me han traído el perdón y reconciliación con Dios en numerosas ocasiones y me han traído el Pan del Cielo, a Cristo mismo, en la Eucaristía -¡Dios bendiga todos los esfuerzos y renuncias de estos hombres y que Dios pague no ciento por uno, sino mil por uno a quienes tanto renunciaron por Cristo!- es que jamás he escuchado un solo sermón contra la usura en una de las Capillas de la Hermandad de San Pío X.
Como soy distributista y, además, desearía que la banca fuera nacionalizada, soy consciente de que mis “macro-propuestas” no van a ser de efecto inmediato. Pero sí que habremos de caminar hacia una forma de economía de la mayor autosubsistencia posible, involucrando no solamente la familia nuclear, sino la familia extendida (algo que en las dos naciones ibéricas todavía puede ser realizado en alguna medida), a hacer trabajos de intercambio de servicios –puenteando los servicios, el gravamen onerosísimo de los impuestos- y ejercitar la mayor austeridad y sobriedad posibles con desdén absoluto hacia cualquier ribete consumista o materialista. No hay otra salida. En ello, empero, recuperaremos lazos humanos y practicaremos la pobreza no sólo porque no nos queda más remedio, sino porque este modelo y estilo de vida que tenemos es insostenible y, sobre todo, es tóxico para el alma.
Pero, insisto, la usura es pecado, y pecado gravísimo, causa de muchos males.

Rafael Castela Santos
  1. http://casadesarto.blogspot.com/2008/07/crisis-o-usura.html
  2. http://www.hispanidad.com/noticia.aspx?ID=57805

sábado, 19 de julio de 2008

Mensaje de S.S. Benedicto XVI a los jóvenes en la vigilia de las JMJ

Desde el sitio oficial del Vaticano, compartimos el mensaje a los jóvenes en la Vigilia de las JMJ 2.008, además, compartimos en los links, el video proveído por el sitio oficial de las Jornadas:

Queridos jóvenes

Una vez más, en esta tarde hemos oído la gran promesa de Cristo, «cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza», y hemos escuchado su mandato: «seréis mis testigos... hasta los confines del mundo» (Hch 1, 8). Éstas fueron las últimas palabras que Cristo pronunció antes de su ascensión al cielo. Lo que los Apóstoles sintieron al oírlas sólo podemos imaginarlo. Pero sabemos que su amor profundo por Jesús y la confianza en su palabra los impulsó a reunirse y esperar en la sala de arriba, pero no una espera sin un sentido, sino juntos, unidos en la oración, con las mujeres y con María (cf. Hch 1, 14). Esta tarde nosotros hacemos lo mismo. Reunidos delante de nuestra Cruz, que tanto ha viajado, y del icono de María, rezamos bajo el esplendor celeste de la constelación de la Cruz del Sur. Esta tarde rezo por vosotros y por los jóvenes de todo el mundo. Dejaos inspirar por el ejemplo de vuestros Patronos. Acoged en vuestro corazón y en vuestra mente los siete dones del Espíritu Santo. Reconoced y creed en el poder del Espíritu Santo en vuestra vida.

El otro día hablábamos de la unidad y de la armonía de la creación de Dios y de nuestro lugar en ella. Hemos recordado cómo nosotros, que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, mediante el gran don del Bautismo nos hemos convertido en hijos adoptivos de Dios, nuevas criaturas. Y precisamente como hijos de la luz de Cristo, simbolizada por las velas encendidas que tenéis en vuestras manos, damos testimonio en nuestro mundo del esplendor que ninguna tiniebla podrá vencer (cf. Jn 1, 5).

Esta tarde ponemos nuestra atención sobre el «cómo» llegar a ser testigos. Tenemos necesidad de conocer la persona del Espíritu Santo y su presencia vivificante en nuestra vida. No es fácil. En efecto, la diversidad de imágenes que encontramos en la Escritura sobre el Espíritu –viento, fuego, soplo– ponen de manifiesto lo difícil que nos resulta tener una comprensión clara de él. Y, sin embargo, sabemos que el Espíritu Santo es quien dirige y define nuestro testimonio sobre Jesucristo, aunque de modo silencioso e invisible.

Ya sabéis que nuestro testimonio cristiano es una ofrenda a un mundo que, en muchos aspectos, es frágil. La unidad de la creación de Dios se debilita por heridas profundas cuando las relaciones sociales se rompen, o el espíritu humano se encuentra casi completamente aplastado por la explotación o el abuso de las personas. De hecho, la sociedad contemporánea sufre un proceso de fragmentación por culpa de un modo de pensar que por su naturaleza tiene una visión reducida, porque descuida completamente el horizonte de la verdad, de la verdad sobre Dios y sobre nosotros. Por su naturaleza, el relativismo non es capaz de ver el cuadro en su totalidad. Ignora los principios mismos que nos hacen capaces de vivir y de crecer en la unidad, en el orden y en la armonía.

Como testigos cristianos, ¿cuál es nuestra respuesta a un mundo dividido y fragmentario? ¿Cómo podemos ofrecer esperanza de paz, restablecimiento y armonía a esas «estaciones» de conflicto, de sufrimiento y tensión por las que habéis querido pasar con esta Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud? La unidad y la reconciliación no se pueden alcanzar sólo con nuestros esfuerzos. Dios nos ha hecho el uno para el otro (cf. Gn 2, 24) y sólo en Dios y en su Iglesia podemos encontrar la unidad que buscamos. Y, sin embargo, frente a las imperfecciones y desilusiones, tanto individuales como institucionales, tenemos a veces la tentación de construir artificialmente una comunidad «perfecta». No se trata de una tentación nueva. En la historia de la Iglesia hay muchos ejemplos de tentativas de esquivar y pasar por alto las debilidades y los fracasos humanos para crear una unidad perfecta, una utopía espiritual.

Estos intentos de construir la unidad, en realidad la debilitan. Separar al Espíritu Santo de Cristo, presente en la estructura institucional de la Iglesia, pondría en peligro la unidad de la comunidad cristiana, que es precisamente un don del Espíritu. Se traicionaría la naturaleza de la Iglesia como Templo vivo del Espíritu Santo (cf. 1 Co 3, 16). En efecto, es el Espíritu quien guía a la Iglesia por el camino de la verdad plena y la unifica en la comunión y en servicio del ministerio (cf. Lumen gentium, 4). Lamentablemente, la tentación de «ir por libre» continúa. Algunos hablan de su comunidad local como si se tratara de algo separado de la así llamada Iglesia institucional, describiendo a la primera como flexible y abierta al Espíritu, y la segunda como rígida y carente de Espíritu.

La unidad pertenece a la esencia de la Iglesia (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 813); es un don que debemos reconocer y apreciar. Pidamos esta tarde por nuestro propósito de cultivar la unidad, de contribuir a ella, de resistir a cualquier tentación de darnos media vuelta y marcharnos. Ya que lo que podemos ofrecer a nuestro mundo es precisamente la magnitud, la amplia visión de nuestra fe, sólida y abierta a la vez, consistente y dinámica, verdadera y sin embargo orientada a un conocimiento más profundo. Queridos jóvenes, ¿acaso no es gracias a vuestra fe que amigos en dificultad o en búsqueda de sentido para sus vidas se han dirigido a vosotros? Estad vigilantes. Escuchad. ¿Sois capaces de oír, a través de las disonancias y las divisiones del mundo, la voz acorde de la humanidad? Desde el niño abandonado en un campo de Darfur a un adolescente desconcertado, a un padre angustiado en un barrio periférico cualquiera, o tal vez ahora, desde lo profundo de vuestro corazón, se alza el mismo grito humano que anhela reconocimiento, pertenencia, unidad. ¿Quien puede satisfacer este deseo humano esencial de ser uno, estar inmerso en la comunión, de estar edificado y ser guiado a la verdad? El Espíritu Santo. Éste es su papel: realizar la obra de Cristo. Enriquecidos con los dones del Espíritu, tendréis la fuerza de ir más allá de vuestras visiones parciales, de vuestra utopía, de la precariedad fugaz, para ofrecer la coherencia y la certeza del testimonio cristiano.

Amigos, cuando recitamos el Credo afirmamos: «Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida». El «Espíritu creador» es la fuerza de Dios que da la vida a toda la creación y es la fuente de vida nueva y abundante en Cristo. El Espíritu mantiene a la Iglesia unida a su Señor y fiel a la tradición apostólica. Él es quien inspira las Sagradas Escrituras y guía al Pueblo de Dios hacia la plenitud de la verdad (cf. Jn 16, 13). De todos estos modos el Espíritu es el «dador de vida», que nos conduce al corazón mismo de Dios. Así, cuanto más nos dejamos guiar por el Espíritu, tanto mayor será nuestra configuración con Cristo y tanto más profunda será nuestra inmersión en la vida de Dios uno y trino.

Esta participación en la naturaleza misma de Dios (cf. 2 P 1, 4) tiene lugar a lo largo de los acontecimientos cotidianos de la vida, en los que Él siempre esta presente (cf. Ba 3, 38). Sin embargo, hay momentos en los que podemos sentir la tentación de buscar una cierta satisfacción fuera de Dios. Jesús mismo preguntó a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» (Jn 6, 67). Este alejamiento puede ofrecer tal vez la ilusión de la libertad. Pero, ¿a dónde nos lleva? ¿A quién vamos a acudir? En nuestro corazón, en efecto, sabemos que sólo el Señor tiene «palabras de vida eterna» (Jn 6, 67-69). Alejarnos de Él es sólo un intento vano de huir de nosotros mismos (cf. S. Agustín, Confesiones VIII, 7). Dios está con nosotros en la vida real, no en la fantasía. Enfrentarnos a la realidad, no huir de ella: esto es lo que buscamos. Por eso el Espíritu Santo, con delicadeza, pero también con determinación, nos atrae hacia lo que es real, duradero y verdadero. El Espíritu es quien nos devuelve a la comunión con la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo ha sido, de modos diversos, la Persona olvidada de la Santísima Trinidad. Tener una clara comprensión de él nos parece algo fuera de nuestro alcance. Sin embargo, cuando todavía era pequeño, mis padres, como los vuestros, me enseñaron el signo de la Cruz y así entendí pronto que hay un Dios en tres Personas, y que la Trinidad está en el centro de la fe y de la vida cristiana. Cuando crecí lo suficiente para tener un cierto conocimiento de Dios Padre y de Dios Hijo –los nombres ya significaban mucho– mi comprensión de la tercera Persona de la Trinidad seguía siendo incompleta. Por eso, como joven sacerdote encargado de enseñar teología, decidí estudiar los testimonios eminentes del Espíritu en la historia de la Iglesia. De esta manera llegué a leer, en otros, al gran san Agustín.

Su comprensión del Espíritu Santo se desarrolló de modo gradual; fue una lucha. De joven había seguido el Maniqueísmo, que era uno de aquellos intentos que he mencionado antes de crear una utopía espiritual separando las cosas del espíritu de las de la carne. Como consecuencia de ello, albergaba al principio sospechas respecto a la enseñanza cristiana sobre la encarnación de Dios. Y, con todo, su experiencia del amor de Dios presente en la Iglesia lo llevó a buscar su fuente en la vida de Dios uno y trino. Así llegó a tres precisas intuiciones sobre el Espíritu Santo como vínculo de unidad dentro de la Santísima Trinidad: unidad como comunión, unidad como amor duradero, unidad como dador y don. Estas tres intuiciones no son solamente teóricas. Nos ayudan a explicar cómo actúa el Espíritu. Nos ayudan a permanecer en sintonía con el Espíritu y a extender y clarificar el ámbito de nuestro testimonio, en un mundo en el que tanto los individuos como las comunidades sufren con frecuencia la ausencia de unidad y de cohesión.

Por eso, con la ayuda de san Agustín, intentaremos ilustrar algo de la obra del Espíritu Santo. San Agustín señala que las dos palabras «Espíritu» y «Santo» se refieren a lo que pertenece a la naturaleza divina; en otras palabras, a lo que es compartido por el Padre y el Hijo, a su comunión. Por eso, si la característica propia del Espíritu es de ser lo que es compartido por el Padre y el Hijo, Agustín concluye que la cualidad peculiar del Espíritu es la unidad. Una unidad de comunión vivida: una unidad de personas en relación mutua de constante entrega; el Padre y el Hijo que se dan el uno al otro. Pienso que empezamos así a vislumbrar qué iluminadora es esta comprensión del Espíritu Santo como unidad, como comunión. Una unidad verdadera nunca puede estar fundada sobre relaciones que nieguen la igual dignidad de las demás personas. Y tampoco la unidad es simplemente la suma total de los grupos mediante los cuales intentamos a veces «definirnos» a nosotros mismos. De hecho, sólo en la vida de comunión se sostiene la unidad y se realiza plenamente la identidad humana: reconocemos la necesidad común de Dios, respondemos a la presencia unificadora del Espíritu Santo y nos entregamos mutuamente en el servicio de los unos a los otros.

La segunda intuición de Agustín, es decir, el Espíritu Santo como amor que permanece, se desprende del estudio que hizo sobre la Primera Carta de san Juan, allí donde el autor nos dice que «Dios es amor» (1 Jn 4, 16). Agustín sugiere que estas palabras, a pesar de referirse a la Trinidad en su conjunto, se han de entender también como expresión de una característica particular del Espíritu Santo. Reflexionando sobre la naturaleza permanente del amor, «quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él» (ibíd.), Agustín se pregunta: ¿es el amor o es el Espíritu quien garantiza el don duradero? La conclusión a la que llega es ésta: «El Espíritu Santo nos hace vivir en Dios y Dios en nosotros; pero es el amor el que causa esto. El Espíritu por tanto es Dios como amor» (De Trinitate 15,17,31). Es una magnífica explicación: Dios comparte a sí mismo como amor en el Espíritu Santo. ¿Qué más podemos aprender de esta intuición? El amor es el signo de la presencia del Espíritu Santo. Las ideas o las palabras que carecen de amor, aunque parezcan sofisticadas o sagaces, no pueden ser «del Espíritu». Más aún, el amor tiene un rasgo particular; en vez de ser indulgente o voluble, tiene una tarea o un fin que cumplir: permanecer. El amor es duradero por su naturaleza. De nuevo, queridos amigos, podemos echar una mirada a lo que el Espíritu Santo ofrece al mundo: amor que despeja la incertidumbre; amor que supera el miedo de la traición; amor que lleva en sí mismo la eternidad; el amor verdadero que nos introduce en una unidad que permanece.

Agustín deduce la tercera intuición, el Espíritu Santo como don, de una reflexión sobre una escena evangélica que todos conocemos y que nos atrae: el diálogo de Cristo con la samaritana junto al pozo. Jesús se revela aquí como el dador del agua viva (cf. Jn 4, 10), que será después explicada como el Espíritu (cf. Jn 7, 39; 1 Co 12, 13). El Espíritu es «el don de Dios» (Jn 4, 10), la fuente interior (cf. Jn 4, 14), que sacia de verdad nuestra sed más profunda y nos lleva al Padre. De esta observación, Agustín concluye que el Dios que se entrega a nosotros como don es el Espíritu Santo (cf. De Trinitate, 15,18,32). Amigos, una vez más echamos un vistazo sobre la actividad de la Trinidad: el Espíritu Santo es Dios que se da eternamente; al igual que una fuente perenne, él se ofrece nada menos que a sí mismo. Observando este don incesante, llegamos a ver los límites de todo lo que acaba, la locura de una mentalidad consumista. En particular, empezamos a entender porqué la búsqueda de novedades nos deja insatisfechos y deseosos de algo más. ¿Acaso no estaremos buscando un don eterno? ¿La fuente que nunca se acaba? Con la Samaritana exclamamos: ¡Dame de esta agua, para que no tenga ya más sed (cf. Jn 4, 15)!

Queridos jóvenes, ya hemos visto que el Espíritu Santo es quien realiza la maravillosa comunión de los creyentes en Cristo Jesús. Fiel a su naturaleza de dador y de don a la vez, él actúa ahora a través de vosotros. Inspirados por las intuiciones de san Agustín, haced que el amor unificador sea vuestra medida, el amor duradero vuestro desafío y el amor que se entrega vuestra misión.

Este mismo don del Espíritu Santo será mañana comunicado solemnemente a los candidatos a la Confirmación. Yo rogaré: «Llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad; y cólmalos del espíritu de tu santo temor». Estos dones del Espíritu –cada uno de ellos, como nos recuerda san Francisco de Sales, es un modo de participar en el único amor de Dios- no son ni un premio ni un reconocimiento. Son simplemente dados (cf. 1 Co 12, 11). Y exigen por parte de quien los recibe sólo una respuesta: «Acepto». Percibimos aquí algo del misterio profundo de lo que es ser cristiano. Lo que constituye nuestra fe no es principalmente lo que nosotros hacemos, sino lo que recibimos. Después de todo, muchas personas generosas que no son cristianas pueden hacer mucho más de lo que nosotros hacemos. Amigos, ¿aceptáis entrar en la vida trinitaria de Dios? ¿Aceptáis entrar en su comunión de amor?

Los dones del Espíritu que actúan en nosotros imprimen la dirección y definen nuestro testimonio. Los dones del Espíritu, orientados por su naturaleza a la unidad, nos vinculan todavía más estrechamente a la totalidad del Cuerpo de Cristo (cf. Lumen gentium, 11), permitiéndonos edificar mejor la Iglesia, para servir así al mundo (cf. Ef 4, 13). Nos llaman a una participación activa y gozosa en la vida de la Iglesia, en las parroquias y en los movimientos eclesiales, en las clases de religión en la escuela, en las capellanías universitarias o en otras organizaciones católicas. Sí, la Iglesia debe crecer en unidad, debe robustecerse en la santidad, rejuvenecer y renovarse constantemente (cf. Lumen gentium, 4). Pero ¿con qué criterios? Con los del Espíritu Santo. Volveos a él, queridos jóvenes, y descubriréis el verdadero sentido de la renovación.

Esta tarde, reunidos bajo este hermoso cielo nocturno, nuestros corazones y nuestras mentes se llenan de gratitud a Dios por el don de nuestra fe en la Trinidad. Recordemos a nuestros padres y abuelos, que han caminado a nuestro lado cuando todavía éramos niños y han sostenido nuestros primeros pasos en la fe. Ahora, después de muchos años, os habéis reunido como jóvenes adultos alrededor del Sucesor de Pedro. Me siento muy feliz de estar con vosotros. Invoquemos al Espíritu Santo: él es el autor de las obras de Dios (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 741). Dejad que sus dones os moldeen. Al igual que la Iglesia comparte el mismo camino con toda la humanidad, vosotros estáis llamados a vivir los dones del Espíritu entre los altibajos de la vida cotidiana. Madurad vuestra fe a través de vuestros estudios, el trabajo, el deporte, la música, el arte. Sostenedla mediante la oración y alimentadla con los sacramentos, para ser así fuente de inspiración y de ayuda para cuantos os rodean. En definitiva, la vida, no es un simple acumular, y es mucho más que el simple éxito. Estar verdaderamente vivos es ser transformados desde el interior, estar abiertos a la fuerza del amor de Dios. Si acogéis la fuerza del Espíritu Santo, también vosotros podréis transformar vuestras familias, las comunidades y las naciones. Liberad estos dones. Que la sabiduría, la inteligencia, la fortaleza, la ciencia y la piedad sean los signos de vuestra grandeza.

Y ahora, mientras nos preparamos para adorar al Santísimo Sacramento en el silencio y en la espera, os repito las palabras que pronunció la beata Mary MacKillop cuando tenía precisamente veintiséis años: «Cree en todo lo que Dios te susurra en el corazón». Creed en él. Creed en la fuerza del Espíritu de amor.

© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana
  1. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/july/documents/hf_ben-xvi_spe_20080719_vigil_sp.html
  2. http://video.wyd2008.org/?MediaId=8933a412-6e14-453d-a281-3cf1ba87a402&lang=Espanol

Video de la Bienvenida de S.S. Benedicto XVI a las JMJ 2.008

Desde el sitio oficial de las JMJ se pueden ver imágenes del acto de bienvenida de S.S. Benedicto XVI a las Jornadas Mundiales de la Juventud, Sidney 2.008.
  1. http://video.wyd2008.org/?MediaId=323b5f54-05d0-40bf-951a-3eab743076c6&lang=Espanol

jueves, 17 de julio de 2008

Sydney WYD participants greet Pope Benedict

Desde CWN y The Camberra Times respectivamente:

Sydney WYD participants greet Pope Benedict

Sydney, Jul. 17, 2008 (CWNews.com) - Pope Benedict XVI (bio - news) made his first formal appearance at the 23rd World Youth Day (WYD) in Sydney, Australia, on Thursday, July 17.

The Pope arrived in Sydney Harbor aboard a cruise ship, greeted by about 180,000 young people. In his first address to the WYD participants, the Holy Father recognized the concerns that many young people have for the environment, but encouraged still more concern about damage to the "social environment" caused by the absence of faith. [See today's separate CWN headline story for an analysis of the Pope's address.]

After three days of rest after his flight from Rome to Sydney, Pope Benedict began his day on July 17 with courtesy visits to Australian government leaders, and a visit to pray at the tomb of Blessed Mary MacKillop. Then he boarded the Sydney 2000, accompanied by young people representing all the nations of the world, and stood in the prow as the ship-- accompanied by a small flotilla of smaller craft-- cross the harbor to the Bangaroo dock where thousands of cheering young people awaited him.

Upon his arrival the Pontiff was greeted by aboriginal elders, who welcomed him with native songs. Then Sydney's Cardinal George Pell, the host for this year's WYD celebration, gave a more formal greeting. The smiling cardinal told the Pope: "Catholic Sydney hasn't provided a welcome like you received today, as we traveled up the harbor, since the first Irish Catholic Archbishop of Sydney, Patrick Francis Moran, arrived on Sept. 8, 1884!"

Joyous tour for beloved grey nomad
By James Massola in Sydney

The indefatigable papal smile matched a glorious Sydney day as the star of World Youth Day thrilled a city and endeared himself to a nation.
Pope Benedict's XVI's first official public outing in Australia yesterday an occasion dubbed ''Super Thursday'' proved the 81-year-old pontiff is a man of great stamina and good humour.

His smile never waning, from early morning to late evening, the Pope was whisked by land and sea around the harbour city to the delight of an estimated 500,000 people a mass gathering made up of World Youth Day pilgrims keen to be a part of a memorable religious celebration, and everyday Australians, just keen to be a part of history.

After travelling across Sydney Harbour on the city's biggest cruiser the MV Sydney 2000 from Rose Bay to Barangaroo, the pontiff was given a traditional Welcome to Country by Aboriginal elder Allen Madden.

And with chants of ''Benedetto, Benedetto!'' and ''il Papa!'' from the 150,000-strong crowd ringing out, the pontiff climbed into his famous Popemobile for the short trip from shore to stage.
His movement caused a colourful riot of young pilgrims running to the barriers; hundreds of cameras and flags thrust into the air, youngsters clambering on to any vantage point for a better look. And everywhere, smiling faces, and those familiar orange-and-red backpacks.

After being welcomed by the Archbishop of Sydney, George Pell, and the Archbishop of Adelaide, Phillip Wilson, Pope Benedict gave his first public homily in which he highlighted the degradation of the environment, and showed an awareness of the particular environmental problems facing Australia. ''Perhaps reluctantly we come to acknowledge that there are scars which mark the surface of our earth erosion, deforestation, the squandering of the world's mineral and ocean resources in order to fuel an insatiable consumption,'' Pope Benedict said.

''Some of you come from island nations whose very existence is threatened by rising water levels; others from nations suffering the effects of devastating drought.''

Earlier in the day, the Pope met Prime Minister Kevin Rudd and Governor-General Michael Jeffery at the official residence of the NSW Governor in Sydney.

He praised the Federal Government's ''courageous decision'' to apologise for the injustices done to indigenous people in the past, and welcomed efforts to close the gap between indigenous and non-indigenous Australians.

''Thanks to the Australian Government's courageous decision to acknowledge the injustices committed against the indigenous peoples in the past, concrete steps are now being taken to achieve reconciliation based on mutual respect,'' he said.

The Pope also hinted that Australia would soon have its first saint. He told the leader of the Sisters of St Joseph, Sister Anne Derwin, ''She [Mary MacKillop] will be canonised. We are waiting for the miracle''.

Pope Benedict warned the gathering of young pilgrims at Barangaroo that the ''social environment'' was also under threat.

''Not only the natural but also the social environment the habitat we fashion for ourselves has its scars; wounds indicating that something is amiss,'' he said.

''Among the more prevalent are alcohol and drug use, and the exaltation of violence and sexual degradation, often presented through television and the internet as entertainment.''

Before the big tour across Sydney, Mr Rudd welcomed the Pope to Australia.

''Your Holiness, you are welcome as an apostle of peace, in an age when a voice for peace is a much needed voice for us all,'' he said.

''You are also welcome as a voice for the world's poor.''

Earlier, the Pope's sense of humour was also on show in an anecdote relayed by NSW Police Commissioner Andrew Scipione, who revealed the Pope had blessed a Sydney policeman suffering skin cancer and brain and heart tumours.

As well as blessing the officer, the Pope donned his police hat in a light-hearted moment.

The Pope continues his tour today with an ecumenical meeting at St Mary's Cathedral Crypt.

He will then hold a private lunch with 12 young people at the reception hall of St Mary's, before conducting a televised Stations of the Cross from the cathedral.

Tomorrow afternoon, he will travel to Royal Randwick racecourse to preside at a prayer vigil with tens of thousands of young people.

A helicopter tour of the Centennial Park/Randwick racecourse precinct early on Sunday morning will give residents of eastern Sydney a view of the Pope before he celebrates the 23rd World Youth Day mass at the racecourse.

  1. http://www.cwnews.com/news/viewstory.cfm?recnum=59709
  2. http://www.canberratimes.com.au/news/local/news/general/joyous-tour-for-beloved-grey-nomad/844699.aspx

CEREMONIA BIENVENIDA, VISITA A LA TUMBA BEATA MCKILLOP - jmj 2.008

Desde el Servicio Informativo Vaticano:

CIUDAD DEL VATICANO, 17 JUL 2008 (VIS).-Después de celebrar misa en privado en la Capilla de la Catedral House, el Papa se trasladó a la Government House, un elegante edificio gótico construido entre 1837 y 1845, donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida.

El Santo Padre fue acogido en el parque de la residencia por el gobernador general, Michael Jeffery y por el primer ministro, Kevin Rudd. También estaban presentes autoridades políticas y civiles y algunos prelados de la Iglesia australiana.

Al inicio de su discurso, Benedicto XVI se preguntó cuál era el motivo que llevaba a tantos jóvenes a emprender un viaje tan largo para participar en un evento como la Jornada Mundial de la Juventud. "Están deseosos -dijo- de tomar parte en un acontecimiento que pone de relieve los grandes ideales que los inspiran, y regresan a sus casas llenos de esperanza, decididos a construir un mundo mejor. Para mí es una alegría estar con ellos, rezar con ellos y celebrar la Eucaristía junto con ellos. La JMJ me llena de confianza en el futuro de la Iglesia y en el futuro de nuestro mundo".

"Durante miles de años, antes de la llegada de los emigrantes occidentales, los únicos habitantes de este lugar -dijo- eran personas originarias del país, aborígenes e isleños del Estrecho de Torres. (...) Gracias a la valiente decisión del gobierno australiano de reconocer las injusticias cometidas en el pasado contra los pueblos indígenas, se están dando pasos concretos para alcanzar una reconciliación basada en el respeto recíproco. Estáis tratando justamente de colmar la separación entre australianos indígenas y no indígenas acerca de las perspectivas de vida, los avances educativos y las oportunidades económicas. Este ejemplo de reconciliación ofrece esperanza en todo el mundo a aquellos pueblos que anhelan ver afirmados sus derechos y su contribución a la sociedad reconocida y promovida".

El Papa resaltó la contribución de los colonos católicos de Europa a la nación australiana, "especialmente en los campos de la educación y de la sanidad". En este contexto recordó a la beata Mary McKillop, "una de las figuras eminentes de la historia de este país".

Refiriéndose a continuación a "las maravillas de la creación de Dios", que se reflejan en tierra australiana, el Santo Padre señaló que este país "se está comprometiendo seriamente en la responsabilidad de cuidar en el ambiente natural". Además, añadió, "ha sostenido generosamente operaciones internacionales para el mantenimiento de la paz, contribuyendo a la resolución de conflictos en el Pacífico, en el sur de Asia y en otros lugares".

Tras recordar que el lema de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 está inspirado en el Espíritu Santo, Benedicto XVI pidió para que la tercera persona de la Santísima Trinidad "renueve espiritualmente este país, el pueblo australiano, la Iglesia en Oceanía y en realidad a los confines de la tierra".

"Que mediante la acción del Espíritu Santo, los jóvenes reunidos aquí para la JMJ -terminó-, tengan la valentía de llegar a ser santos! Esto es lo que necesita el mundo, por encima de cualquier otra cosa".

Terminada la ceremonia, el Papa visitó el "Mary MacKillop Memorial", donde se encuentra la tumba de la primera beata australiana, cofundadora de las Religiosas de San José. Posteriormente se desplazó a la "Admiralty House", donde hizo una visita de cortesía al Gobernador General, Michael Jeffery y se encontró con el Primer Ministro, Kevin Rudd.

PV-AUSTRALIA/BIENVENIDA:TUMBA MCKILLOP/SYDNEY VIS 080717 (570)
  1. http://212.77.1.245/news_services/press/vis/dinamiche/c0_sp.htm

Discurso a los Jóvenes de S.S. Benedicto XVI en la ceremonia de Bienvenida a las JMJ 2008

Queridos jóvenes

Es una alegría poderos saludar aquí, en Barangaroo, a orillas de la magnífica bahía de Sydney, con el famoso puente y la Opera House. Muchos sois de este País, del interior o de las dinámicas comunidades multiculturales de las ciudades australianas. Otros venís de las islas esparcidas por Oceanía, y otros de Asia, del Oriente Medio, de África y de América. En realidad, bastantes de vosotros viene de tan lejos como yo, de Europa. Cualquiera que sea el País del que venimos, por fin estamos aquí, en Sydney. Y estamos juntos en este mundo nuestro como familia de Dios, como discípulos de Cristo, alentados por su Espíritu para ser testigos de su amor y su verdad ante los demás.

Deseo agradecer a los Ancianos de los Aborígenes que me han dado la bienvenida antes de subir al barco en la Rose Bay. Estoy muy emocionado al encontrarme en vuestra tierra, conociendo los sufrimientos y las injusticias que ha padecido, pero consciente también de la reparación y de la esperanza que se están produciendo ahora, de lo cual pueden estar orgullosos todos los ciudadanos australianos. A los jóvenes indígenas –aborígenes y habitantes de las Islas del Estrecho de Torres– y Tokelauani les doy las gracias por la conmovedora bienvenida. A través de vosotros envío un cordial saludo a vuestros pueblos.

Señor Cardenal Pell, Señor Arzobispo Mons. Wilson: os doy las gracias por vuestras calurosas expresiones de bienvenida. Sé que vuestros sentimientos resuenan también en el corazón de los jóvenes reunidos aquí esta tarde y, por tanto, doy las gracias a todos. Veo ante mí una imagen vibrante de la Iglesia universal. La variedad de Naciones y culturas de las que provenís demuestra que verdaderamente la Buena Nueva de Cristo es para todos y cada uno; ella ha llegado a los confines de la tierra. Sin embargo, también sé que muchos de vosotros estáis aún en busca de una patria espiritual. Algunos, siempre bienvenidos entre nosotros, no sois católicos o cristianos. Otros, tal vez, os movéis en los aledaños de la vida de la parroquia y de la Iglesia. A vosotros deseo ofrecer mi llamamiento: acercaos al abrazo amoroso de Cristo; reconoced a la Iglesia como vuestra casa. Nadie está obligado a quedarse fuera, puesto que desde el día de Pentecostés la Iglesia es una y universal.

Esta tarde deseo incluir también a los que no están aquí presentes. Pienso especialmente en los enfermos o los minusválidos psíquicos, a los jóvenes en prisión, a los que están marginados por nuestra sociedad y a los que por cualquier razón se sienten ajenos a la Iglesia. A ellos les digo: Jesús está cerca de ti. Siente su abrazo que cura, su compasión, su misericordia.

Hace casi dos mil años, los Apóstoles, reunidos en la sala superior de la casa, junto con María (cf. Hch 1,14) y algunas fieles mujeres, fueron llenos del Espíritu Santo (cf. Hch 2,4). En aquel momento extraordinario, que señaló el nacimiento de la Iglesia, la confusión y el miedo que habían agarrotado a los discípulos de Cristo, se transformaron en una vigorosa convicción y en la toma de conciencia de un objetivo. Se sintieron impulsados a hablar de su encuentro con Jesús resucitado, que ahora llamaban afectuosamente el Señor. Los Apóstoles eran en muchos aspectos personas ordinarias. Nadie podía decir de sí mismo que era el discípulo perfecto. No habían sido capaces de reconocer a Cristo (cf. Lc 24,13-32), tuvieron que avergonzarse de su propia ambición (cf. Lc 22,24-27) e incluso renegaron de él (cf. Lc 22,54-62). Sin embargo, cuando estuvieron llenos de Espíritu Santo, fueron traspasados por la verdad del Evangelio de Cristo e impulsados a proclamarlo sin temor. Reconfortados, gritaron: arrepentíos, bautizaos, recibid el Espíritu Santo (cf. Hch 2,37-38). Fundada sobre la enseñanza de los Apóstoles, en la adhesión a ellos, en la fracción del pan y la oración (cf. Hch 2,42), la joven comunidad cristiana dio un paso adelante para oponerse a la perversidad de la cultura que la circundaba (cf. Hch 2,40), para cuidar de sus propios miembros (cf. Hch 2,44-47), defender su fe en Jesús ante en medio hostil (cf. Hch 4,33) y curar a los enfermos (cf. Hch 5,12-16). Y, obedeciendo al mandato de Cristo mismo, partieron dando testimonio del acontecimiento más grande de todos los tiempos: que Dios se ha hecho uno de nosotros, que el divino ha entrado en la historia humana para poder transformarla, y que estamos llamados a empaparnos del amor salvador de Cristo que triunfa sobre el mal y la muerte. En su famoso discurso en el areópago, San Pablo presentó su mensaje de esta manera: «Dios da a cada uno todas las cosas, incluida la vida y el respiro, de manera que todos lo pueblos pudieran buscar a Dios, y siguiendo los propios caminos hacia Él, lograran encontrarlo. En efecto, no está lejos de ninguno de nosotros, pues en Él vivimos, nos movemos y existimos» (cf. Hch 17, 25-28).

Desde entonces, hombres y mujeres se han puesto en camino para proclamar el mismo hecho, testimoniando el amor y la verdad de Cristo, y contribuyendo a la misión de la Iglesia. Hoy recordamos a aquellos pioneros –sacerdotes, religiosas y religiosos– que llegaron a estas costas y a otras zonas del Océano Pacífico, desde Irlanda, Francia, Gran Bretaña y otras partes de Europa. La mayor parte de ellos eran jóvenes –algunos incluso con apenas veinte años– y, cuando saludaron para siempre a sus padres, hermanos, hermanas y amigos, sabían que sería difícil para ellos volver a casa. Sus vidas fueron un testimonio cristiano, sin intereses egoístas. Se convirtieron en humildes pero tenaces constructores de gran parte de la herencia social y espiritual que todavía hoy es portadora de bondad, compasión y orientación a estas Naciones. Y fueron capaces de inspirar a otra generación. Esto nos trae al recuerdo inmediatamente la fe que sostuvo a la beata Mary MacKillop en su neta determinación de educar especialmente los pobres, y al beato Peter To Rot en su firme convicción de que la guía de una comunidad ha de referirse siempre al Evangelio. Pensad también en vuestros abuelos y vuestros padres, vuestros primeros maestros en la fe. También ellos han hecho innumerables sacrificios, de tiempo y energía, movidos por el amor que os tienen. Ellos, con apoyo de los sacerdotes y los enseñantes de vuestra parroquia, tienen la tarea, no siempre fácil pero sumamente gratificante, de guiaros hacia todo lo que es bueno y verdadero, mediante su ejemplo personal y su modo de enseñar y vivir la fe cristiana.

Hoy me toca a mí. Para algunos puede parecer que, viniendo aquí, hemos llegado al fin del mundo. Ciertamente, para los de vuestra edad cualquier viaje en avión es una perspectiva excitante. Pero para mí, este vuelo ha sido en cierta medida motivo de aprensión. Sin embargo, la vista de nuestro planeta desde lo alto ha sido verdaderamente magnífica. El relampagueo del Mediterráneo, la magnificencia del desierto norteafricano, la exuberante selva de Asia, la inmensidad del océano Pacífico, el horizonte sobre el que surge y se pone el sol, el majestuoso esplendor de la belleza natural de Australia, todo eso que he podido disfrutar durante dos días, suscita un profundo sentido de temor reverencial. Es como si uno hojeara rápidamente imágenes de la historia de la creación narrada en el Génesis: la luz y las tinieblas, el sol y la luna, las aguas, la tierra y las criaturas vivientes. Todo eso es «bueno» a los ojos de Dios (cf. Gn 1, 1-2. 2,4). Inmersos en tanta belleza, ¿cómo no hacerse eco de las palabras del Salmista que alaba al Creador: «¡Qué admirable es tu nombre en toda la tierra!» (Sal 8,2)?

Pero hay más, algo difícil de ver desde lo alto de los cielos: hombres y mujeres creados nada menos que a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26). En el centro de la maravilla de la creación estamos nosotros, vosotros y yo, la familia humana «coronada de gloria y majestad» (cf. Sal 8,6). ¡Qué asombroso! Con el Salmista, susurramos: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?» (cf. Sal 8,5). Nosotros, sumidos en el silencio, en un espíritu de gratitud, en el poder de la santidad, reflexionamos.

Y ¿qué descubrimos? Quizás con reluctancia llegamos a admitir que también hay heridas que marcan la superficie de la tierra: la erosión, la deforestación, el derroche de los recursos minerales y marinos para alimentar un consumismo insaciable. Algunos de vosotros provienen de islas-estado, cuya existencia misma está amenazada por el aumento del nivel de las aguas; otros de naciones que sufren los efectos de sequías desoladoras. La maravillosa creación de Dios es percibida a veces como algo casi hostil por parte de sus custodios, incluso como algo peligroso. ¿Cómo es posible que lo que es «bueno» pueda aparecer amenazador?

Pero hay más aún. ¿Qué decir del hombre, de la cumbre de la creación de Dios? Vemos cada día los logros del ingenio humano. La cualidad y la satisfacción de la vida de la gente crece constantemente de muchas maneras, tanto a causa del progreso de las ciencias médicas y de la aplicación hábil de la tecnología como de la creatividad plasmada en el arte. También entre vosotros hay una disponibilidad atenta para acoger las numerosas oportunidades que se os ofrecen. Algunos de vosotros destacan en los estudios, en el deporte, en la música, la danza o el teatro; otros tienen un agudo sentido de la justicia social y de la ética, y muchos asumen compromisos de servicio y voluntariado. Todos nosotros, jóvenes y ancianos, tenemos momentos en los que la bondad innata de la persona humana –perceptible tal vez en el gesto de un niño pequeño o en la disponibilidad de un adulto para perdonar– nos llena de profunda alegría y gratitud.

Sin embargo, estos momentos no duran mucho. Por eso, hemos de reflexionar algo más. Y así descubrimos que no sólo el entorno natural, sino también el social –el hábitat que nos creamos nosotros mismos– tiene sus cicatrices; heridas que indican que algo no está en su sitio. También en nuestra vida personal y en nuestras comunidades podemos encontrar hostilidades a veces peligrosas; un veneno que amenaza corroer lo que es bueno, modificar lo que somos y desviar el objetivo para el que hemos sido creados. Los ejemplos abundan, como bien sabéis. Entre los más evidentes están el abuso de alcohol y de drogas, la exaltación de la violencia y la degradación sexual, presentados a menudo en la televisión e internet como una diversión. Me pregunto cómo uno que estuviera cara a cara con personas que están sufriendo realmente violencia y explotación sexual podría explicar que estas tragedias, representadas de manera virtual, han de considerarse simplemente como «diversión».

Hay también algo siniestro que brota del hecho de que la libertad y la tolerancia están frecuentemente separadas de la verdad. Esto está fomentado por la idea, hoy muy difundida, de que no hay una verdad absoluta que guíe nuestras vidas. El relativismo, dando en la práctica valor a todo, indiscriminadamente, ha hecho que la «experiencia» sea lo más importante de todo. En realidad, las experiencias, separadas de cualquier consideración sobre lo que es bueno o verdadero, pueden llevar, no a una auténtica libertad, sino a una confusión moral o intelectual, a un debilitamiento de los principios, a la pérdida de la autoestima, e incluso a la desesperación.

Queridos amigos, la vida no está gobernada por el azar, no es casual. Vuestra existencia personal ha sido querida por Dios, bendecida por él y con un objetivo que se le ha dado (cf. Gn 1,28). La vida no es una simple sucesión de hechos y experiencias, por útiles que pudieran ser. Es una búsqueda de lo verdadero, bueno y hermoso. Precisamente para lograr esto hacemos nuestras opciones, ejercemos nuestra libertad y en esto, es decir, en la verdad, el bien y la belleza, encontramos felicidad y alegría. No os dejéis engañar por los que ven en vosotros simplemente consumidores en un mercado de posibilidades indiferenciadas, donde la elección en sí misma se convierte en bien, la novedad se hace pasar como belleza y la experiencia subjetiva suplanta a la verdad.

Cristo ofrece más. Es más, ofrece todo. Sólo él, que es la Verdad, puede ser la Vía y, por tanto, también la Vida. Así, la «vía» que los Apóstoles llevaron hasta los confines de la tierra es la vida en Cristo. Es la vida de la Iglesia. Y el ingreso en esta vida, en el camino cristiano, es el Bautismo.

Por tanto, esta tarde deseo recordar brevemente algo de nuestra comprensión del Bautismo, antes de que mañana consideremos el Espíritu Santo. El día del Bautismo, Dios os ha introducido en su santidad (cf. 2 P 1,4). Habéis sido adoptados como hijos e hijas del Padre y habéis sido incorporados a Cristo. Os habéis convertido en morada de su Espíritu (cf. 1 Co 6,19). Por eso, al final del rito del Bautismo el sacerdote se dirigió a vuestros padres y a los participantes y, llamándoos por vuestro nombre, dijo: «Ya eres nueva criatura» (Ritual del Bautismo, 99).

Queridos amigos, en casa, en la escuela, en la universidad, en los lugares de trabajo y diversión, recordad que sois criaturas nuevas. Cómo cristianos, estáis en este mundo sabiendo que Dios tiene un rostro humano, Jesucristo, el «camino» que colma todo anhelo humano y la «vida» de la que estamos llamados a dar testimonio, caminando siempre iluminados por su luz (cf. ibíd., 100).

La tarea del testigo no es fácil. Hoy muchos sostienen que a Dios se le debe “dejar en el banquillo”, y que la religión y la fe, aunque convenientes para los individuos, han de ser excluidas de la vida pública, o consideradas sólo para obtener limitados objetivos pragmáticos. Esta visión secularizada intenta explicar la vida humana y plasmar la sociedad con pocas o ninguna referencia al Creador. Se presenta como una fuerza neutral, imparcial y respetuosa de cada uno. En realidad, como toda ideología, el laicismo impone una visión global. Si Dios es irrelevante en la vida pública, la sociedad podrá plasmarse según una perspectiva carente de Dios. Sin embargo, la experiencia enseña que el alejamiento del designio de Dios creador provoca un desorden que tiene repercusiones inevitables sobre el resto de la creación (cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1990, 5). Cuando Dios queda eclipsado, nuestra capacidad de reconocer el orden natural, la finalidad y el «bien», empieza a disiparse. Lo que se ha promovido ostentosamente como ingeniosidad humana se ha manifestado bien pronto como locura, avidez y explotación egoísta. Y así nos damos cuenta cada vez más de lo necesaria que es la humildad ante la delicada complejidad del mundo de Dios.

Y ¿que decir de nuestro entorno social? ¿Estamos suficientemente alerta ante los signos de que estamos dando la espalda a la estructura moral con la que Dios ha dotado a la humanidad (cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 2007, 8)? ¿Sabemos reconocer que la dignidad innata de toda persona se apoya en su identidad más profunda –como imagen del Creador– y que, por tanto, los derechos humanos son universales, basados en la ley natural, y no algo que depende de negociaciones o concesiones, fruto de un simple compromiso? Esto nos lleva reflexionar sobre el lugar que ocupan en nuestra sociedad los pobres, los ancianos, los emigrantes, los que no tienen voz. ¿Cómo es posible que la violencia doméstica atormente a tantas madres y niños? ¿Cómo es posible que el seno materno, el ámbito humano más admirable y sagrado, se haya convertido en lugar de indecible violencia?

Queridos amigos, la creación de Dios es única y es buena. La preocupación por la no violencia, el desarrollo sostenible, la justicia y la paz, el cuidado de nuestro entorno, son de vital importancia para la humanidad. Pero todo esto no se puede comprender prescindiendo de una profunda reflexión sobre la dignidad innata de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, una dignidad otorgada por Dios mismo y, por tanto, inviolable. Nuestro mundo está cansado de la codicia, de la explotación y de la división, del tedio de falsos ídolos y respuestas parciales, y de la pesadumbre de falsas promesas. Nuestro corazón y nuestra mente anhelan una visión de la vida donde reine el amor, donde se compartan los dones, donde se construya la unidad, donde la libertad tenga su propio significado en la verdad, y donde la identidad se encuentre en una comunión respetuosa. Esta es obra del Espíritu Santo. Ésta es la esperanza que ofrece el Evangelio de Jesucristo. Habéis sido recreados en el Bautismo y fortalecidos con los dones del Espíritu en la Confirmación precisamente para dar testimonio de esta realidad. Que sea éste el mensaje que vosotros llevéis al mundo desde Sydney.

© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana
  1. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2008/july/documents/hf_ben-xvi_spe_20080717_barangaroo_sp.html

martes, 15 de julio de 2008

RETURN TO TRADITIONS AT WORLD YOUTH DAY

Desde CWN:
RETURN TO TRADITIONS AT WORLD YOUTH DAY
By Andrew Rabel

At a press conference this morning, Cardinal George Pell of Sydney in answer to a question from Andrew Rabel, an Inside the Vatican magazine journalist, indicated that at the final WYD Mass at Randwick Racecourse on Sunday, in line with older practices that have been used in the Vatican and inside Italy in recent months, communion will most likely be received by those kneeling, from the Pope.

Australia will be the first place in the world where these changed customs will be used in a papal liturgy, outside of the diaspora. This was first introduced on the feast of Corpus Christi in Rome, where a select group of worshippers received Holy Communion kneeling and on the tongue, from Pope Benedict, and was continued outside of the Vatican as well, when the Holy Father visited Brindisi in June.

Australia is a country well known for lax liturgical practices following in the wake of the reforms of the Second Vatican Council, and this was particularly evident during liturgies celebrated by John Paul II on visits there in 1986 and 1995.

After criticism of liturgical music at a recent Mass celebrated by Pope Benedict in Washington DC, there was much debate over whether in spite of an evident return to older customs in the Holy See, whether liturgical committees would follow a similar pattern in a country like Australia, when the Holy Father visits.

When the news emerged of the older postures to be employed in papal liturgies, Fr Peter Williams, WYD08 Liturgical Coordinator was vague about whether this would happen in Australia, and indicated that the matter was not raised during the visit of Msgr Guido Marini, Papal Master of Liturgical Ceremonies to Sydney in June. (Marini had indicated this was to be the new custom in an interview in L’Osservatore Romano in the edition of June 25). Fr Williams said, "We are still liaising with Rome as to what should happen here".

According to an anonymous Italian journalist, Msgr Marini was disappointed at some of the liturgical preparations for the final Mass, expected to attract crowds roughly estimated at half a million. The journalist confirmed Cardinal Pell’s expectation, that communion would be distributed in the traditional manner by the Holy Father.

In 2001, the final book published by Cardinal Ratzinger before his election as pope, was a work devoted to an analysis of the fruits of the liturgical reform titled, "An Introduction to the Spirit of the Liturgy". It indicated that some of the innovations dear to the heart of John Paul II (like the celebration of Masses in an amphitheatre on papal visits in other countries) were a challenge to maintain the sense of the sacred.

By bringing back traditional postures in the reception of Holy Communion when the Pope celebrates Mass, (among other things) he is hoping to bring back to the faithful this sense of sacredness in divine worship, to be followed by all.

Andrew Rabel, an Australian journalist, is covering the Pope's trip to Australia.
  1. http://www.insidethevatican.com/newsflash/2008/newsflash-july14-08.htm

Clodovis e Leonardo Boff, hermanos separados

Desde Chiesa:

La teología de la liberación que una vez los unía, ahora los divide. El primero la critica a fondo y se ha pasado al campo de Ratzinger, mientras el segundo continúa defendiéndola y se siente traicionado. Los textos completos del enfrentamiento
por Sandro Magister

ROMA, 14 de julio del 2008 – El primer golpe es de hace algunos meses. Y es un artículo publicado en una revista de Brasil por una celebridad de la teología latinoamericana: Clodovis Boff (en la foto superior).

Pero es el segundo golpe que ha retumbado. Y es la áspera réplica al artículo de Clodovis Boff escrita por su hermano, aún más célebre que él: Leonardo (en la foto inferior).

Los caminos de los dos hermanos se separaron y se enfrentaron precisamente en lo que antes los unía: la teología de la liberación.

Con su ensayo publicado en el otoño pasado en la “Revista Eclesiástica Brasileña” (curada por los franciscanos de Brasil y dirigida de 1972 a 1986 precisamente por su hermano Leonardo), Clodovis Boff ha roto con esta corriente teológica, o mejor dicho, con “el error de principio” sobre el que a su juicio se funda.

Leonardo Boff, en cambio, en su réplica difundida a fines de mayo, se mantiene muy firme en el mismo principio: “Desde el momento que Dios se ha hecho hombre-pobre, el hombre-pobre se convierte en la medida de todas las cosas”.

Leonardo Boff se autodefine hoy "theologus peregrinus", sin hogar fijo. Ha sido retirado de la enseñanza en las facultades de teología católicas por una sentencia de 1985 de la congregación para la doctrina de la fe, causada principalmente por su libro “Iglesia: carisma y poder. Ensayo de eclesiología militante”. Dejó el hábito franciscano y se casó. Vive en Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro.

Clodovis Boff pertenece en cambio a los Siervos de María. Vive en Curitiba, en el estado de Paraná, y enseña en la Pontificia Universidad Católica de la ciudad. No ha sido nunca procesado por la congregación para la doctrina de la fe, pero en los años ochenta perdió la cátedra en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y le se le impidió enseñar en el “Marianum”, la facultad teológica de su orden, en Roma.

El hermano Leonardo lo recuerda así, en los años en los que era un ferviente partidario de la teología de la liberación: “pasaba la mitad del año entre las comunidades de base, ofreciendo cursos populares, bajando y subiendo los ríos para visitar los pueblos de la selva, y dedicaba la otra mitad del año a la enseñanza y a la producción teórica en la universidad de Río”.

En cambio hoy, siempre a juicio de Leonardo, Clodovis se ha pasado en alma y cuerpo a sostener “con optimismo ingenuo y entusiasmo juvenil” la línea dictada por los obispos latinoamericanos en la conferencia continental que tuvieron en Aparecida, Brasil, en mayo del 2007, e inaugurada por Benedicto XVI en persona.

Curiosamente, precisamente el que sustituyó a Clodovis Boff en la cátedra de teología en Río, el italiano Filippo Santoro, hoy obispo de Petrópolis y perteneciente a Comunión y Liberación, es el mismo que más ha inspirado y seguido su "conversión", que ha durado algunos años y que finalmente ha desembocado en el ensayo publicado en la "Revista Eclesiástica Brasileira".

Al aparecer, este ensayo de Clodovis Boff tuvo un fuerte eco solamente en Brasil. Pero cuando, el pasado mayo, el hermano Leonardo difundió su réplica, la disputa retumbó en todo el mundo.

En Roma, el diario de la conferencia episcopal italiana “Avvenire” ha dado la noticia del enfrentamiento entre los dos celebres hermanos en una breve nota, a fines de junio. Pero sobre todo ha sido la agencia progresista “Adista” la que ha dado relevancia a la cosa, en varios servicios.

En otras dos páginas de www.chiesa se encuentra reproducido por completo, en la lengua original portugués, tanto el ensayo de Clodovis Boff como la réplica del hermano Leonardo.

A continuación los títulos, las partes iniciales, los enlaces y un breve resumen de los dos textos:

1. Teologia da Libertação e volta ao fundamento
por Fr. Dr. Clodovis M. Boff, OSM

Queremos aqui, numa primeira parte, fazer um questionamento de fundo da Teologia da Libertação. A intenção não é desqualificar a TdL, mas, antes, defini-la de modo mais claro e refundá-la sobre bases originárias...

[Texto completo en Chiesa en portugues] , en links un enlace al documento traducido

En la primera parte del ensayo, Clodovis Boff critica el fundamento sobre el que se basa la teología de la liberación, no la teórica, sino la “realmente existente”.

A su juicio, el error “fatal” en el que ella incurre consiste en colocar al pobre como “primer principio operativo de la teología”, sustituyéndolo a Dios y a Jesucristo.

Y explica:

"Desde este error de principio sólo pueden derivarse efectos funestos. [...] Cuando el pobre adquiere el estado de ‘primum’ epistemológico, 'qué ocurre con la fe y su doctrina a nivel de teología y de pastoral? [...] El resultado inevitable es la politización de la fe, su reducción a instrumento para la liberación social”.

Las consecuencias son graves también para la vida de la Iglesia:

"La 'pastoral de la liberación' se vuelve un brazo entre tantos del ‘movimiento popular’. La Iglesia se hace semejante a una ONG y así se vacía también físicamente: pierde empleados, militantes y fieles. Los ‘de afuera’ experimentan poca atracción por una ‘Iglesia de la liberación’, ya que, para la militancia, disponen ya de las ONGs, mientras que para la experiencia religiosa tienen necesidad de mucho más que una simple liberación social. Además, por el hecho de no percibir la extensión y la relevancia social de la actual inquietud espiritual, la teología de la liberación se muestra culturalmente miope e históricamente anacrónica, o sea alienada por su tiempo.

En la segunda parte de su ensayo, el autor muestra cómo la teología de la liberación puede “salvarse” con sus frutos positivos sólo regresando a su fundamento original. Que encuentra en el documento final de la conferencia de Aparecida.

Ese documento – escribe – es la “límpida demostración” de cómo es posible conjugar correctamente la fe a la acción liberadora. A diferencia de la teología de la liberación, que “parte del pobre y encuentra a Cristo”, Aparecida “parte de Cristo y encuentra al pobre”, teniendo bien claro que “el principio-Cristo incluye siempre al pobre sin que el principio-pobre incluya necesariamente a Cristo. [...] La fuente original de la teología no es otra que la fe en Cristo”.

2. Pelos pobres, contra a estreiteza do método
por Leonardo Boff

Clodovis Boff acumulou muitos méritos no âmbito da Teologia da Libertação. Produziu uma reflexão de fôlego sobre o método da teologia, sobre a eclesiologia das comunidades eclesiais de base...

[Texto completo en Chiesa en portugues] , en links un enlace al documento traducido

En su réplica, Leonardo Boff rechaza la tesis sostenida por su hermano Clodovis como “equivocada, teológicamente errónea y pastoralmente dañosa”. Ella, en efecto, escribe “corre el riesgo de condenar a la Iglesia y a la teología a la irrelevancia histórica y a la esterilidad pastoral”.
A juicio del hermano, a la tesis de Clodovis se debe dar la vuelta:

“No es verdad que la teología de la liberación sustituya a Dios y a Cristo con el pobre. [...] Ha sido Cristo que ha querido identificarse con los pobres. El lugar del pobre es un lugar privilegiado de encuentro con el Señor. Quien encuentra al pobre encuentra infaliblemente a Cristo, además bajo la forma de crucificado, que pide ser depuesto de la cruz y resucitado”.

Y en cuanto a las consecuencias del ataque que Clodovis hace a la teología de la liberación, Leonardo Boff escribe:

“Mi sospecha es que las críticas hechas por Clodovis den a las autoridades eclesiásticas locales y romanas las armas para condenarla nuevamente y, quién sabe, prohibirla definitivamente del espacio eclesial. Ya que las críticas devastadoras provienen de dentro, de uno de sus más conocidos expositores, ellas pueden prestarse a este juego infeliz. [...] Su posición es música para los oídos de cuantos, distantes del mundo del sufrimiento de los pobres, tienen aversión por esta teología. Refuerza el intento de aquellos que en la sociedad y en sectores del Vaticano la quieren muerta o impiden que sea estudiada o prohíben que sea una referencia para la práctica pastoral con los pobres y los marginados”.

Leonardo Boff concede que la intención del hermano no es la de refutar en bloque la teología de la liberación sino la de “volverla a colocar en sus fundamentos originales, ya que así podrá ser salvada”.

Pero agrega: "Es una intención que para mí equivale a decir: Hermano mío, yo te apuñalo en el corazón, pero quédate tranquilo, es para tu salvación”.
  1. http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/205773?sp=y
  2. http://documentosrecursos.blogspot.com/2008/06/teologa-de-la-liberacin-y-vuelta-al.html
  3. http://documentosrecursos.blogspot.com/2008/06/por-los-pobres-contra-la-estrechez-del.html

Noche oscura de la Iglesia

Desde Juventutem Argentina:

Cuantos católicos de Misa dominical, e incluso diaria, que desconocen las más elementales verdades de fe. Cuantos otros, están hoy alejados de la práctica sacramental. Muchos más aún, se han olvidado totalmente de Dios.

Nada es casual, y todo tiene su razón de ser. Los católicos estamos perdiendo nuestra identidad, porque hemos olvidado la doctrina y la tradición. No quedan dudas: nuestros pastores han fallado. De esta crisis, ellos son los únicos responsables. No lo son los ni los gobiernos abversos a la Iglesia, ni la masonería ni los acatólicos. No busquemos chivos expiatorios. El mal viene de dentro. El clero está corrompido: ha renegado de la Tradición Católica, en pos de "aggiornarse".

Realidades como el Juicio Final, el Purgatorio o el Infierno, dogmas como la Infalibilidad Pontificia y la Inmaculada Concepción; la Confesión Sacramental y los Preceptos Morales, están ausentes en sermones y las clases de catecismo. Nuestros pastores han optado por ocultar a los fieles gran parte del Depósito de la Fe. De este modo, Nuestro Señor que ha sido azotado, coronado de espinas y clavado en la cruz, ahora es también amordazado. Sus enseñanzas son sometidas a una descarada censura, por parte de aquellos mismos que deben difundirlas.

Resulta evidente el desprecio de los clérigos por el Magisterio de los Papas y la desobediencia a sus directivas. "Se acata, pero no se cumple"...y mucho menos se enseña, podríamos agregarle. No vaya a ser que los fieles se escandalicen.

Cuando los obispos, siendo desobedecidos por el presbiterio, temen ejercer su autoridad para restaurar el orden, toda la estructura jerárquica se resquebraja. Es así, que mientras el clero omite la enseñanza de la doctrina, o peor aún, predica auténticas herejías, los obispos permanecen en silencio. Nefastos pues son los resultados: los fieles laicos quedan sumidos en la más profunda ignorancia, los sacerdotes van perdiendo su fe y el culto se convierte en una mera reunión social. Diganme, amigos míos, si no es esto el preludio de una apostasía general.

El clero se ha secularizado; la doctrina se ha diluido y el culto se ha vuelto vacío. El relativismo se fue arraigando poco a poco en el seno de la Iglesia. Y la que en otro tiempo era una Madre fecunda, pareciera haberse convertido en una anciana estéril.

La población de católicos en Europa, disminuye aceleradamente. El continente, que ha Evangelizado tres cuartos del mundo, se encuentra espiritualmente devastado. Los hijos han renegado de su Madre.

La imagen de la Iglesia se ha desfigurado de tal modo, que bien podría aplicársele las palabras del Profeta: "Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres" (Is. 52, 15). Son estas, las mismas frases, que se refieren a los sufrimientos de Nuestro Señor en su pasión. Es que como El, la Santa Iglesia, está hoy en la Cruz. Parece ocultarse su origen divino. Un velo de fragilidad, debilidad, y miserias, cubre su verdadera grandeza, pureza y santidad.

Es pues urgente, una reforma integral de la jerarquía eclesiástica, que la devuelva a la obediencia al Santo Padre y al Magisterio de la Iglesia. De igual manera resulta imperiosa, la revisión de los medios de formación de los seminaristas.

Sin sacerdotes fieles y comprometidos con la Verdad, resultará imposible atraer a la Fe Verdadera a tantas almas alejadas. Solo así, la Iglesia que hoy está en la Cruz con Cristo, podrá Resucitar con El, y recuperar su antiguo esplendor.

Desde aquí solo nos queda rezar. Rezar por el Santo Padre. Rezar por tantos sacerdotes justos, que con su trabajo silencioso sirven a Jesucristo con fidelidad. Rezar por muchos otros, que perdieron la Fe, por su conversión.

¡Perdona a tu pueblo, Señor!
Nichán Eduardo Guiridlian Guarino
  1. http://www.juventutem.com.ar/2008/07/cuantos-catlicos-de-misa-dominical-e_12.html